Ese instante en el que el chocolate hace presencia en los labios, un beso no planeado, entre la locura, la euforia y los silencios del deseo inexpresable. El sabor de Feliu, sin pedir permiso, se instala en ti como una sombra, desbordando el dulce abandono de la experiencia. Nacido de la tierra mexicana, un cacao cultivado entre secretos y silencios, donde cada grano es una promesa callada, en donde el proceso de la vida se interpreta entre el ser y el no pretender, siendo verdadero. Deshaciéndose la suavidad del cacao en tu boca, reconoces las notas del origen, tal como un suspiro profundo y extraño.
Feliu Chocolate explora lo desconocido, desliza los simples placeres en un encuentro con lo inalcanzable, en cada bocado. Una evasión dejando rastro de algo que nunca llega a tener explicación. Más que un simple placer, se convierte en un encuentro con lo inalcanzable.