El mundo de la logística no solo gira en torno a vehículos, almacenes y entregas. El empaquetado y el etiquetado también juegan un papel determinante en la eficiencia y trazabilidad de los productos durante su traslado. Tanto si se trata de una cadena de distribución global como de envíos locales, contar con soluciones adecuadas de embalaje y etiquetado puede ser la diferencia entre una entrega exitosa y una pérdida significativa. En este sentido, empresas de todos los sectores están invirtiendo cada vez más en mejorar estos aspectos clave para mantener competitividad, cumplir regulaciones y proteger sus mercancías. Actualmente, la industria global de empaques logísticos representa más de 1.1 billones de dólares, y se espera que crezca a una tasa anual compuesta del 5% hasta 2030, según datos de MarketsandMarkets. Esto refleja cómo el empaquetado ya no es una mera formalidad estética, sino una necesidad estratégica para el manejo correcto de productos en la cadena de suministro. Su función va desde proteger los artículos hasta facilitar el manejo manual o automatizado, optimizar el espacio y asegurar que se cumpla con los estándares de seguridad y normativas internacionales.

El empaquetado como escudo y facilitador logístico
El empaque no solo es una «caja». Es la primera barrera de defensa contra golpes, humedad, vibraciones y condiciones extremas que puedan surgir en el trayecto desde la fábrica hasta el consumidor. Según estudios del Instituto Internacional de Logística y Cadena de Suministro, más del 30% de las pérdidas por daños en mercancías durante el transporte están relacionadas con empaques inadecuados o de baja calidad.
Existen distintos niveles de empaquetado con funciones específicas dentro de la logística. El empaque primario es el que está en contacto directo con el producto (como una botella de vidrio o una bolsa plástica), el empaque secundario agrupa varios productos para facilitar su manipulación (como una caja con varias botellas) y el empaque terciario sirve para transportar múltiples unidades al por mayor, como pallets envueltos en plástico retráctil.
En sectores como el farmacéutico o alimentario, el uso de empaques con atmósfera controlada, sellado al vacío o materiales antimicrobianos ha crecido notablemente. Mientras que en la industria de electrónicos o tecnología, los empaques antiestáticos y a prueba de golpes son fundamentales. En los últimos años, también ha aumentado la tendencia del uso de materiales sostenibles como bioplásticos, cartón reciclado y empaques biodegradables. Esto no solo responde a regulaciones ambientales más estrictas, sino a un cambio de mentalidad del consumidor y de las marcas por reducir su huella ecológica.
Pero además de la función de protección, el empaquetado también cumple un rol de eficiencia logística. Empaques modulares, plegables o apilables permiten optimizar el espacio en almacenes y vehículos de transporte. De hecho, se estima que una mejora del 15% en el diseño de empaque puede traducirse en un ahorro del 10% en costos logísticos generales.
El etiquetado como puente de trazabilidad y cumplimiento
En un mundo donde la trazabilidad, seguridad y regulación son cada vez más estrictas, el etiquetado se ha convertido en un factor decisivo en la gestión logística. Las etiquetas permiten identificar rápidamente los productos, conocer su origen, destino, contenido, peso, lote de producción, fecha de caducidad, advertencias de manejo e incluso su ubicación exacta en tiempo real gracias a tecnologías como RFID o códigos QR.
Una buena etiqueta no es solo una calcomanía con un nombre, es un documento vivo que puede incluir:
- Códigos de barras para escaneo automatizado.
- Instrucciones de almacenamiento o manipulación (frágil, mantener en frío, no voltear).
- Certificaciones de calidad o cumplimiento de normativas (ISO, NOM, FDA, etc.).
- Datos del remitente, destinatario y operador logístico.
- Referencias internas de inventario y ERP.
La adopción de tecnologías de etiquetado inteligente ha ganado terreno en logística. Empresas como Amazon, FedEx o DHL utilizan etiquetas electrónicas que cambian dinámicamente con sensores o permiten ser rastreadas en tiempo real. Estas etiquetas se sincronizan con sistemas de gestión de almacenes (WMS) y sistemas ERP para mejorar la precisión en inventarios, reducir errores y acelerar procesos de picking, cross docking y entrega final.
Según GS1 México, más del 80% de los productos que circulan en el comercio formal utilizan algún tipo de código estandarizado. Esta estandarización es clave para que las empresas puedan integrarse a cadenas de suministro globales y cumplir con los requisitos de exportación. En países como Estados Unidos o Alemania, un producto sin el etiquetado correcto puede ser rechazado incluso en aduanas, lo cual representa pérdidas enormes por demoras o penalizaciones.
También en sectores como el químico o farmacéutico, las etiquetas deben incluir información crítica sobre riesgos, ingredientes, fechas de producción y requisitos especiales. Incluso en logística inversa o devoluciones, las etiquetas permiten identificar rápidamente la procedencia del artículo y su estado, facilitando así su reintegración al inventario o reciclaje.
El futuro del empaquetado y etiquetado en la logística 4.0
El empaquetado y etiquetado no escapan a la transformación digital. En la era de la logística 4.0, estas funciones están evolucionando hacia la automatización, el análisis de datos y la sostenibilidad. Cada vez más empresas integran sensores en el empaque para monitorear condiciones como temperatura, humedad, presión o impactos durante el transporte. Estos sensores se conectan a plataformas IoT que alertan en tiempo real si un producto sufre daños o condiciones fuera del rango permitido.
En cuanto al etiquetado, la tendencia apunta hacia las etiquetas inteligentes que combinan tecnologías como RFID, NFC o blockchain para garantizar la trazabilidad total desde la producción hasta el consumidor final. Estas etiquetas permiten a los usuarios escanear un código con su celular y conocer la ruta completa del producto, verificar su autenticidad o recibir notificaciones sobre su estado.
Además, la personalización se vuelve una ventaja competitiva. Empaques diseñados específicamente para un producto, lote o cliente optimizan tiempos de entrega, reducen errores y mejoran la experiencia del usuario. En logística de última milla, los empaques reutilizables y retornables están siendo adoptados para disminuir residuos y costos a largo plazo.
En el terreno del comercio electrónico, que en México creció un 23% en 2023 según la AMVO, el empaquetado cumple una doble función: proteger durante el envío y reforzar la imagen de marca. Empresas como Mercado Libre, Amazon o Shein invierten en empaques atractivos, funcionales y reciclables que impacten positivamente al cliente desde el momento en que recibe el producto.
Otro punto en auge es el análisis de datos generado a través del etiquetado. Empresas están utilizando los datos escaneados para mejorar rutas logísticas, predecir demanda o evaluar puntos críticos en la cadena de distribución. Todo esto contribuye a una logística más eficiente, conectada y proactiva.

Conclusión
El empaquetado y el etiquetado han dejado de ser elementos secundarios en la logística. Son ahora piezas clave que influyen directamente en la seguridad del producto, el cumplimiento normativo, la experiencia del cliente y la eficiencia operativa. En un entorno cada vez más competitivo y tecnológicamente avanzado, invertir en soluciones de empaque y etiquetado adecuadas no es solo una cuestión de cumplimiento, sino una ventaja estratégica. Desde sensores inteligentes hasta materiales ecológicos, el futuro de la logística pasa inevitablemente por innovar en cómo empacamos, etiquetamos y cuidamos lo que transportamos.