En el mundo logístico, cada detalle importa. Desde el tipo de empaque hasta la unidad de transporte, todo influye en la eficiencia operativa. Entre esos elementos clave se encuentran las tarimas, también conocidas como pallets, que permiten movilizar, almacenar y organizar mercancía de forma segura y estandarizada. Sin embargo, no todas las tarimas son nuevas ni idénticas: existe una alternativa común y funcional llamada “tarima de segunda”.
Las tarimas de segunda son aquellas que han sido previamente utilizadas y que, tras una inspección y posible reparación, vuelven a integrarse al circuito logístico. Aunque presentan señales de uso, conservan su funcionalidad básica, lo que las convierte en una opción económica y práctica para ciertos procesos logísticos. Pero ¿en qué casos conviene utilizarlas y qué ventajas pueden ofrecer a una empresa?

Una opción más económica para procesos no críticos
El principal atractivo de una tarima de segunda es su costo reducido. En comparación con una tarima nueva, puede representar un ahorro de entre 30% y 50%, dependiendo de su estado, tipo de madera y proveedor. Esto las hace ideales para empresas que buscan optimizar sus costos operativos sin sacrificar funcionalidad en procesos no críticos.
Además, en muchas operaciones logísticas, las tarimas no necesariamente recorren largas distancias o pasan por múltiples manipulaciones. Por ejemplo, en almacenes donde solo se requiere mover productos internamente o para envíos de corta duración, una tarima de segunda puede cumplir su función perfectamente.
Características y clasificación de las tarimas de segunda
Las tarimas de segunda suelen clasificarse en diferentes grados, dependiendo del estado en el que se encuentren. Las de Grado A están en mejor estado y pueden tener un uso más prolongado; las de Grado B presentan más desgaste pero siguen siendo funcionales. Esta clasificación ayuda a tomar decisiones más acertadas según las necesidades de la operación.
En cuanto a dimensiones, muchas tarimas de segunda mantienen las medidas estándar de 1.00 x 1.20 metros (tamaño nacional) o 1.00 x 1.00 metros. También pueden encontrarse en formato europeo (EUR), aunque estas últimas son menos comunes en versiones recicladas en México.
Reutilización que también es sustentable
Además del ahorro económico, utilizar tarimas de segunda es una forma de reducir el impacto ambiental. Al extender el ciclo de vida útil de un pallet, se evita la tala innecesaria de árboles y se minimiza la generación de residuos. En un contexto donde cada vez más empresas buscan prácticas más sostenibles, esta alternativa puede ser una buena decisión tanto operativa como ambiental.
Muchas empresas incluso implementan programas internos para reciclar o reacondicionar sus propias tarimas. Esta práctica no solo reduce costos, sino que también mejora el control sobre el inventario de pallets, permitiendo mantener estándares internos más estables.
Consideraciones al elegir tarimas recicladas
A pesar de sus ventajas, no todas las tarimas de segunda son adecuadas para todos los procesos. En industrias reguladas como la farmacéutica o la alimentaria, puede ser obligatorio el uso de tarimas nuevas o certificadas para evitar contaminación. También es importante evitar tarimas rotas, con madera astillada o que comprometan la seguridad del producto.
Por ello, se recomienda trabajar con proveedores confiables que garanticen una inspección y reacondicionamiento adecuado. Algunas empresas especializadas incluso ofrecen tarimas recicladas tratadas térmicamente o con fumigación para cumplir con normativas de exportación como la NIMF-15.
Tarima de segunda vs. tarima reciclada
Aunque suelen usarse como sinónimos, técnicamente hay una diferencia. La tarima de segunda es una tarima que se ha usado antes, pero sigue siendo funcional con poco o ningún reacondicionamiento. Por su parte, la tarima reciclada puede estar compuesta por partes de diferentes pallets, reparada y reacondicionada para extender su vida útil.
Ambas opciones tienen beneficios similares, pero la reciclada pasa por un proceso de mejora más riguroso, lo que puede ofrecer mayor garantía de estabilidad. Elegir una u otra depende del tipo de operación, la frecuencia de uso y el nivel de exigencia logística.

Una herramienta útil cuando se usa con criterio
Las tarimas de segunda son una solución eficiente, sustentable y económica para muchas operaciones logísticas. Si bien no sustituyen por completo a las tarimas nuevas, sí representan una opción muy valiosa cuando se trata de procesos internos, envíos locales o cargas que no requieren altos estándares.