México y el nearshoring: ¿listo para recibir más carga logística?

El nearshoring ha pasado de ser una tendencia a convertirse en una estrategia concreta de relocalización para empresas globales que buscan reducir sus dependencias en Asia y acercarse a los principales mercados de consumo. En este nuevo mapa logístico, México aparece como uno de los países más atractivos para captar inversiones manufactureras, sobre todo por su cercanía con Estados Unidos, sus tratados comerciales, su fuerza laboral y su base industrial consolidada. Sin embargo, esta oportunidad histórica también plantea retos mayúsculos en términos de infraestructura logística, desarrollo de talento, energía, regulación y planeación regional.

Nearshoring en México: crecimiento acelerado y zonas clave

Desde 2022, México ha experimentado un incremento sustancial en la llegada de nuevas inversiones industriales asociadas al nearshoring. Datos de la Secretaría de Economía indican que el 47% de la IED captada en 2023 estuvo relacionada con la manufactura avanzada, con un enfoque especial en sectores como automotriz, electrónica, dispositivos médicos y maquinaria. Empresas como Tesla, KIA, Bosch, Hisense y Flex han anunciado expansiones o nuevas plantas en estados del norte y bajío.

Las regiones que concentran esta nueva ola de inversiones son principalmente Nuevo León, Coahuila, Chihuahua, Baja California, Guanajuato y Querétaro. Estos estados ya cuentan con infraestructura industrial, parques logísticos y mano de obra capacitada, pero se están viendo presionados por la creciente demanda de espacio, conectividad y servicios logísticos especializados.

En ciudades como Monterrey y Saltillo, la tasa de ocupación de naves industriales supera el 97%, mientras que en Tijuana y Ciudad Juárez hay listas de espera para nuevos inquilinos industriales. El nearshoring también ha reactivado zonas antes marginadas, como el Istmo de Tehuantepec, donde se está desarrollando el Corredor Interoceánico con puertos, ferrocarril y parques industriales para conectar el Golfo de México con el Pacífico.

Desafíos de infraestructura, energía y logística

Pese a su potencial, México enfrenta grandes desafíos para capitalizar plenamente el nearshoring. Uno de los más evidentes es la saturación de infraestructura logística en regiones industriales. Muchos parques industriales operan al límite de su capacidad en servicios de transporte, almacenamiento y aduanas. El sistema carretero presenta tramos congestionados y falta de mantenimiento, mientras que el ferroviario tiene baja cobertura y operación limitada por concesiones privadas.

En cuanto a puertos, Manzanillo, Lázaro Cárdenas y Veracruz tienen el mayor potencial para atender la creciente carga de comercio exterior, pero requieren modernización en patios de maniobras, digitalización de procesos y conectividad intermodal. Los aeropuertos de carga también enfrentan limitaciones, como es el caso del AIFA, que a pesar de su potencial logístico, aún no logra captar el volumen proyectado de operaciones internacionales.

Otro gran reto es la disponibilidad de energía. La instalación de nuevas plantas industriales requiere garantías de abasto eléctrico y acceso a gas natural. Sin embargo, regiones como el norte del país han enfrentado apagones y cuellos de botella por falta de infraestructura energética y retrasos en autorizaciones regulatorias. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) ha anunciado inversiones, pero los tiempos de ejecución no siempre están alineados con la velocidad que exige la demanda industrial.

Desde el punto de vista logístico, las empresas requieren soluciones cada vez más especializadas: cross docking, almacenes fiscalizados, operadores 3PL con tecnología avanzada, y plataformas digitales para trazabilidad. Si bien hay avances, aún existe fragmentación en el ecosistema logístico nacional, y muchas PYMES logísticas carecen de la tecnología y escalabilidad necesarias para atender a grandes corporativos globales.

Talento, planeación regional y sostenibilidad como claves futuras

La disponibilidad de talento humano especializado es otro factor crítico. La demanda de ingenieros, técnicos y operadores calificados ha aumentado significativamente, presionando el mercado laboral en zonas industriales. Las empresas están comenzando a invertir en capacitación, pero existe una brecha entre la formación académica y las habilidades requeridas por la industria 4.0. La coordinación entre gobiernos estatales, universidades y sector privado será esencial para cerrar esta brecha.

La planeación regional también debe avanzar más rápido. El nearshoring ha acelerado la urbanización en zonas periurbanas, generando problemas de vivienda, movilidad, agua y residuos. Las autoridades deben actualizar los planes de desarrollo urbano con una visión de logística integrada y sostenibilidad. El diseño de «ciudades logísticas» o zonas de uso mixto será vital para garantizar crecimiento ordenado.

Finalmente, el nearshoring también presenta una oportunidad para avanzar hacia una logística verde. Las empresas buscan reducir su huella de carbono, lo que implica modernizar flotas, adoptar energías renovables, implementar empaques sustentables y construir almacenes con certificación LEED. México podría liderar esta transición si se alinean los incentivos fiscales, la regulación ambiental y la innovación empresarial.

México está ante una oportunidad histórica para consolidarse como el principal destino de nearshoring en América, pero para lograrlo necesita cerrar brechas en infraestructura, energía, talento y planeación urbana; la logística será el factor decisivo que determine si el país puede convertir esta tendencia global en una estrategia nacional de desarrollo competitivo, sostenible y de largo plazo.

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