La importancia del calzado adecuado en el sector logístico

El sector logístico es uno de los más exigentes en cuanto a esfuerzo físico y movilidad. Los trabajadores de almacenes, centros de distribución y transporte están en constante movimiento, lo que genera una alta demanda en el tipo de calzado que utilizan. El uso de un calzado adecuado no solo es una cuestión de comodidad, sino también de seguridad y productividad. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 15% de los accidentes laborales están relacionados con resbalones, caídas o impactos en los pies, lo que resalta la importancia de elegir un calzado apropiado para cada tipo de tarea.

Factores claves del calzado en el sector logístico

El desgaste físico que experimentan los trabajadores de logística puede provocar fatiga, dolor muscular y problemas de circulación si no cuentan con un calzado ergonómico. En entornos donde hay superficies resbaladizas, objetos pesados o temperaturas extremas, el uso de calzado especializado ayuda a minimizar riesgos. Invertir en calzado adecuado no solo protege a los empleados, sino que también reduce los tiempos de inactividad por lesiones y mejora la productividad general. Además, los estudios en ergonomía han demostrado que el uso de calzado inadecuado puede generar problemas a largo plazo en la salud de los trabajadores, como fascitis plantar, desgaste en las rodillas y fatiga crónica en la parte baja de la espalda.

Otro factor clave es la durabilidad del calzado. En muchas ocasiones, los empleados deben caminar largas distancias dentro de los almacenes o zonas de carga y descarga, lo que genera un desgaste acelerado del calzado. Elegir materiales de alta resistencia y suelas con amortiguación mejora la estabilidad y evita problemas en las articulaciones. Un calzado de baja calidad puede desgastarse rápidamente, obligando a los trabajadores a reemplazarlo con frecuencia. Esto no solo representa un gasto adicional, sino que también puede poner en riesgo la seguridad en el trabajo, ya que un zapato deteriorado pierde sus propiedades antideslizantes y su capacidad de absorción de impactos.

Diferentes tipos de calzado en la logística y su función específica

Dentro del sector logístico, existen distintos tipos de calzado diseñados para actividades específicas. En los almacenes y centros de distribución, es común el uso de botas con puntera de acero, las cuales protegen contra impactos y caídas de objetos pesados. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), este tipo de calzado puede reducir hasta en un 80% el riesgo de lesiones en los pies dentro de entornos industriales.

Para los transportistas y repartidores, el calzado debe ofrecer comodidad y un buen agarre para evitar deslizamientos al subir y bajar de los vehículos de carga. Las botas con suela antideslizante y materiales resistentes a la abrasión son una excelente opción para garantizar la seguridad en el movimiento constante. Para quienes trabajan en cámaras de refrigeración o condiciones de humedad, es esencial contar con calzado impermeable y con aislamiento térmico para evitar problemas de salud relacionados con el frío.

En entornos donde se manipulan sustancias químicas o se trabaja con electricidad, existen botas especiales con materiales dieléctricos que reducen el riesgo de descargas eléctricas. Esto es particularmente relevante en industrias donde el contacto con cables o equipos de alto voltaje es frecuente.

El ajuste del calzado es otro aspecto crucial. Un zapato demasiado grande o demasiado ajustado puede generar molestias, roces y ampollas, afectando la productividad del trabajador. Las empresas deben asegurarse de que el calzado que proporcionan a su personal se ajuste correctamente y cumpla con los estándares de seguridad establecidos.

Regulaciones y normativas sobre el uso del calzado en la logística

El uso de calzado adecuado no solo es una medida de seguridad, sino también un requisito legal en muchas industrias. En México, la Norma Oficial Mexicana NOM-113-STPS-2009 establece que los trabajadores expuestos a riesgos físicos deben contar con calzado de protección acorde a sus actividades. Esto obliga a las empresas a proporcionar el equipo necesario para evitar accidentes laborales y garantizar el bienestar del personal.

En otros países, normativas como la OSHA (Occupational Safety and Health Administration) en Estados Unidos o la EN ISO 20345 en Europa regulan las características del calzado de seguridad. Entre los requisitos más comunes están la resistencia a impactos de hasta 200 joules, suelas antideslizantes, materiales aislantes y protección contra perforaciones.

El cumplimiento de estas normativas no solo previene accidentes, sino que también protege a las empresas de posibles multas o demandas por incumplimiento de medidas de seguridad. Invertir en calzado certificado garantiza que los empleados trabajen en condiciones óptimas y reduce el índice de accidentes en el sector logístico.

El calzado debe ser revisado periódicamente para asegurar que sigue cumpliendo con su función de protección. Según estudios de seguridad laboral, un calzado de seguridad debe ser reemplazado cada seis a doce meses, dependiendo del nivel de uso y desgaste. Además, es recomendable que las empresas capaciten a sus empleados en el uso adecuado del calzado de seguridad. En muchos casos, los accidentes ocurren porque los trabajadores no usan correctamente su equipo de protección o lo descartan por considerarlo incómodo. Un programa de concientización puede ayudar a reducir este tipo de problemas.

Conclusión

El calzado en la logística es más que un simple accesorio; es una herramienta de seguridad y rendimiento. Usar el calzado adecuado disminuye los riesgos de accidentes, mejora la comodidad de los trabajadores y cumple con las normativas de seguridad laboral. Una inversión en calzado de calidad se traduce en menor ausentismo, mayor productividad y un entorno laboral más seguro y eficiente. Las empresas deben priorizar la elección de calzado ergonómico y certificado, asegurándose de que cada trabajador tenga el equipo adecuado para desempeñar sus funciones sin comprometer su seguridad ni su bienestar.

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