Estados Unidos intensifica restricciones a exportaciones de semiconductores chinos

En abril de 2025, el gobierno de Estados Unidos encabezado por Donald Trump profundizó su política de restricciones a la exportación de semiconductores y tecnologías asociadas hacia China, alegando preocupaciones de seguridad nacional. El Departamento de Comercio amplió la lista negra de entidades chinas con las que las empresas estadounidenses no pueden comerciar sin aprobación explícita, sumando más de 50 nuevas compañías del sector tecnológico, muchas de ellas ligadas a la inteligencia artificial, telecomunicaciones y defensa del gigante asiático.

Esta decisión forma parte de una escalada comercial que ya lleva varios años y que ha puesto al sector de los semiconductores en el centro de una guerra tecnológica global. Estados Unidos busca frenar el acceso de China a tecnologías de vanguardia que podrían usarse, según sus argumentos, para fines militares o de vigilancia estatal. Entre las empresas afectadas en esta última ronda de sanciones se encuentran diseñadores de chips, fabricantes de equipos de litografía y startups tecnológicas respaldadas por el gobierno chino.

China responde con innovación nacional y medidas arancelarias

La medida ha generado una fuerte reacción desde Beijing. El gobierno chino anunció aranceles de represalia del 34% a productos tecnológicos estadounidenses y ha impulsado un ambicioso plan de autosuficiencia tecnológica, invirtiendo más de 120 mil millones de dólares en el desarrollo de su industria nacional de microchips. Uno de los desarrollos más destacados es la «litografía por descarga de plasma», una tecnología emergente que científicos chinos promueven como alternativa a la litografía ultravioleta extrema (EUV), actualmente dominada por empresas como ASML y aplicada mayoritariamente por firmas estadounidenses como Intel y Nvidia.

El conflicto también ha impactado a terceros países, especialmente a aliados comerciales de EE.UU. como Corea del Sur, Taiwán, Japón y Países Bajos, que poseen tecnologías clave en la cadena de valor de los semiconductores. Estas naciones se han visto obligadas a limitar sus exportaciones a China, pese a las pérdidas económicas que ello implica, debido a la presión diplomática estadounidense y los acuerdos multilaterales de control de exportaciones.

Reconfiguración global del comercio tecnológico y futuro de la industria

En este contexto, la industria global de semiconductores, valorada en más de 600 mil millones de dólares anuales, se encuentra en plena reconfiguración. Las empresas están redibujando sus cadenas de suministro, diversificando fábricas, invirtiendo en nuevos hubs de producción y acelerando alianzas estratégicas. Intel ha anunciado una expansión de sus operaciones en Alemania, TSMC continúa su megaproyecto en Arizona y Samsung refuerza su presencia en Texas y la India. El conflicto geopolítico ha acelerado una tendencia ya presente: la regionalización de la producción y la búsqueda de resiliencia en las cadenas de suministro tecnológicas.

Una guerra comercial que redefine el liderazgo tecnológico mundial

La batalla por el dominio de los semiconductores entre Estados Unidos y China ya no es solo una disputa económica, sino una pugna estratégica por la supremacía tecnológica global. Las restricciones, sanciones e inversiones multimillonarias que se despliegan en 2025 muestran que el microchip es el nuevo oro del siglo XXI. Lo que ocurra en este sector definirá no solo el futuro del comercio internacional, sino también el equilibrio de poder entre las principales potencias del mundo.

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