El secreto de las entregas en 24 horas de grandes empresas

Las entregas en menos de 24 horas dejaron de ser un lujo para convertirse en un estándar que millones de consumidores esperan al comprar por internet. Empresas como Amazon, Mercado Libre, Walmart o Alibaba han roto las barreras del tiempo gracias a una combinación de tecnología avanzada, infraestructura logística y análisis predictivo de la demanda. Esta capacidad para cumplir con tiempos tan cortos requiere de un engranaje extremadamente preciso que comienza desde mucho antes de que el usuario haga clic en “comprar”. En esta nota explicamos cómo lo hacen, qué sistemas intervienen y por qué este modelo es tan difícil de replicar para empresas pequeñas.

Centros logísticos estratégicamente ubicados y automatizados

Uno de los pilares de las entregas en menos de 24 horas es la ubicación de los centros de distribución. Las grandes empresas invierten millones en desarrollar una red de almacenes posicionados estratégicamente cerca de los núcleos urbanos. Por ejemplo, Amazon cuenta con más de 175 centros logísticos a nivel mundial, muchos de ellos ubicados a menos de 100 kilómetros de las principales ciudades. Esta cercanía permite que el último tramo de la entrega, conocido como “última milla”, se realice con mayor rapidez y eficiencia.

Además de la ubicación, estos centros están altamente automatizados. Utilizan robots para mover mercancía, sistemas de clasificación inteligentes y softwares que asignan tareas en tiempo real. En muchos casos, una orden que entra a las 9 de la mañana puede estar empacada y lista para salir antes del mediodía. En 2023, Amazon reportó que el 76% de sus pedidos en Estados Unidos fueron procesados en menos de cinco horas desde la confirmación del pago. En América Latina, Mercado Libre ha replicado este modelo en países como México, Brasil y Argentina, donde ha construido centros de fulfillment equipados con inteligencia artificial y vehículos autónomos.

Otra clave de la rapidez es el uso del inventario distribuido. En lugar de tener un solo gran almacén que lo centraliza todo, las empresas dividen su inventario en múltiples puntos más pequeños y ágiles. Esto les permite mantener stock de productos de alta rotación más cerca de los clientes, reduciendo los tiempos de preparación y despacho. En algunos casos, las tiendas físicas también sirven como centros de microfulfillment, despachando pedidos online desde su propio inventario, como lo hace Walmart en Estados Unidos y Chile. Este enfoque híbrido ha demostrado ser eficaz en regiones con altos volúmenes de compra y tráfico urbano denso.

Integración tecnológica y sistemas predictivos de demanda

Detrás de las entregas ultrarrápidas también hay una enorme inversión en software. Las grandes empresas usan sistemas integrados que conectan su ecommerce, su inventario, sus centros de distribución y su red de transporte en una sola plataforma. Esto les permite tener visibilidad en tiempo real de dónde está cada producto, cuántas unidades quedan y cuál es la forma más rápida y económica de hacer llegar el pedido al cliente. Estos sistemas también permiten priorizar órdenes, reagrupar despachos y evitar errores humanos en el proceso.

Uno de los mayores avances recientes es el uso de algoritmos de predicción de demanda. A través del análisis de históricos de compra, estacionalidad, comportamiento del usuario y variables externas como el clima o eventos locales, las plataformas pueden anticipar qué productos se venderán más y dónde. Con esta información, las empresas posicionan stock incluso antes de que se realice una venta. Amazon llama a esto “envío anticipado”, y según un reporte de McKinsey, este modelo puede reducir en un 30% los costos logísticos y mejorar en un 20% la velocidad de entrega.

El seguimiento del pedido también ha mejorado gracias a la tecnología. Los usuarios pueden ver desde su celular en qué etapa está su compra, cuándo será entregada y en algunos casos incluso rastrear en tiempo real al repartidor. Esta transparencia no solo mejora la experiencia del cliente, sino que reduce consultas y reclamos. Además, empresas como Alibaba han desarrollado sistemas de inteligencia artificial que asignan rutas dinámicas a los repartidores para evitar tráfico, reducir consumo de combustible y maximizar la cantidad de entregas por hora.

Otro factor importante es la integración con múltiples medios de pago y confirmación automática de transacciones. El sistema debe validar el pago en segundos, generar la orden y activar todos los procesos internos sin intervención humana. Esta rapidez en la validación financiera es esencial para que el pedido entre al sistema logístico sin retrasos. Incluso muchas plataformas ya permiten el uso de pagos con un solo clic, facilitando aún más la conversión y acelerando el inicio del proceso de entrega.

Alianzas estratégicas y optimización de la última milla

La última etapa de una entrega, conocida como “última milla”, es la más costosa y compleja. Involucra no solo recorrer los últimos kilómetros, sino también sortear tráfico, cambios de dirección, horarios y disponibilidad del cliente. Las grandes empresas logran resolver este reto a través de alianzas estratégicas con operadores logísticos locales, redes propias de transporte o modelos híbridos que combinan ambas soluciones. Por ejemplo, Amazon en Estados Unidos opera su propia flota de camionetas, pero también subcontrata a miles de conductores independientes bajo su programa Flex.

En América Latina, Mercado Libre utiliza empresas como Estafeta en México, Meli Air en Brasil o Bluexpress en Chile, con las que mantiene acuerdos que incluyen rutas exclusivas, zonas preferentes y software compartido. Estos convenios les permiten tener mayor control sobre la entrega y reducir los márgenes de error. Walmart, por su parte, ha creado su propia red de repartidores para zonas urbanas, mientras que en áreas rurales se apoya en operadores logísticos locales que conocen mejor la geografía.

La eficiencia de esta etapa también depende del tipo de producto y su empaquetado. Las empresas han estandarizado cajas, bolsas y etiquetas para reducir tiempos de preparación y facilitar el escaneo en cada punto de control. Incluso se utilizan algoritmos que definen cuál es el mejor tipo de empaque para cada pedido, considerando volumen, fragilidad y temperatura. Esto permite optimizar el espacio en vehículos, reducir costos de transporte y evitar daños en la mercancía.

Otra estrategia creciente es el uso de lockers inteligentes y puntos de recogida. Estos permiten al cliente retirar su pedido en el momento que desee, evitando así entregas fallidas o múltiples intentos. Empresas como Amazon, DHL y Cencosud han instalado estos lockers en centros comerciales, estaciones de metro o tiendas de conveniencia. Según un estudio de Statista, el uso de lockers reduce en un 35% el tiempo promedio de entrega por pedido y en un 50% los costos asociados a la última milla.

También se está explorando el uso de drones y vehículos autónomos para entregas en zonas específicas. Si bien estas tecnologías aún están en fase piloto, compañías como Zipline, JD.com y Starship Technologies han demostrado que pueden ser efectivas en zonas rurales, campus universitarios o áreas de difícil acceso. Aunque su implementación a gran escala tomará tiempo, ya forman parte de los planes logísticos de largo plazo de muchas empresas.

Conclusión

La capacidad de entregar productos en menos de 24 horas no es casualidad, sino el resultado de una infraestructura logística sólida, uso intensivo de tecnología y estrategias de anticipación. Las grandes empresas han perfeccionado cada etapa del proceso, desde el almacenamiento hasta la entrega final, para cumplir con las expectativas de un consumidor que valora cada minuto. Lo que comenzó como una promesa de innovación se ha convertido en una exigencia competitiva que redefine la logística moderna. Mientras tanto, las pymes que buscan competir en este terreno tendrán que apoyarse en plataformas tecnológicas, redes logísticas compartidas y modelos colaborativos para acercarse a este nuevo estándar.

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