Aunque suelen verse como simples plataformas de carga, los pallets juegan un rol estratégico en la operación logística. Su tipo, resistencia y material pueden impactar desde la eficiencia del almacenaje hasta el nivel de seguridad en el manejo de mercancía. Por eso, elegir entre pallets de madera, plástico o cartón no debe basarse solo en precio, sino en el tipo de producto, uso esperado y condiciones del almacén.
Cada material tiene ventajas y desventajas según su aplicación. Conocer estas diferencias permite tomar decisiones más inteligentes y evitar problemas futuros por daños, contaminación o pérdida de estabilidad.

Pallets de madera: los más comunes
Los pallets de madera son los más utilizados a nivel mundial. Son resistentes, fáciles de reparar y económicos. Soportan cargas pesadas y se adaptan a la mayoría de los racks. Sin embargo, también presentan desventajas: son más propensos a astillarse, absorber humedad y generar plagas si no están tratados adecuadamente.
Además, en industrias con requerimientos sanitarios estrictos, como alimentos o farmacéutica, su uso puede estar restringido o condicionado al cumplimiento de normas fitosanitarias (como el tratado NIMF 15 para exportación).
Pallets de plástico: durables y sanitarios
Los pallets de plástico ofrecen una alternativa más duradera y limpia. No generan astillas, no absorben líquidos y son ideales para ambientes controlados o de alta higiene. Además, su peso constante facilita la automatización en procesos con transportadores o robots.
La desventaja principal es su costo, que puede ser tres o cuatro veces mayor al de uno de madera. Además, su reparación no es sencilla, por lo que si se daña estructuralmente, suele descartarse por completo.
Pallets de cartón: ligeros y desechables
El pallet de cartón está diseñado para ser económico, ligero y de un solo uso. Su principal ventaja es el bajo costo logístico en exportaciones o entregas que no requieren devolución del pallet. También reduce el peso total del envío y es más fácil de reciclar.
Sin embargo, soporta mucho menos peso y es muy sensible a la humedad. Es una opción viable únicamente para productos ligeros y bien empacados, en rutas sin alto riesgo de manejo rudo.
Criterios para elegir el tipo correcto
La decisión no debe basarse únicamente en el precio del pallet, sino en factores como:
- Peso del producto
- Reutilización o devolución del pallet
- Requisitos sanitarios o industriales
- Entorno (humedad, temperatura, manipulación)
- Tipo de racks usados en almacén
Por ejemplo, un pallet de cartón en un rack selectivo metálico puede deformarse, mientras que uno de madera en un cuarto frío puede generar moho si no está tratado.
Estandarizar para evitar conflictos operativos
Es recomendable definir un tipo de pallet estándar por cliente, producto o categoría. Esto permite estandarizar alturas, pesos, espacios y equipos de manejo (patines, montacargas). Tener distintos tipos de pallets sin orden puede dificultar la logística interna y generar errores en el apilado o en la asignación de posiciones.
Además, establecer este estándar debe formar parte de los acuerdos operativos con proveedores o clientes, para evitar recibir mercancía en pallets no compatibles.

Conclusión: el pallet sí importa (más de lo que parece)
Subestimar la importancia del pallet puede salir caro. Más allá de su función básica, influye directamente en la seguridad, el almacenaje y la trazabilidad del producto. Conocer las diferencias entre madera, plástico y cartón permite elegir el más adecuado para cada operación y evitar errores por compatibilidad, higiene o resistencia.