Crisis por falta de contenedores refrigerados afecta comercio

La logística mundial enfrenta una nueva crisis: la escasez de contenedores refrigerados, conocidos como reefers. Esta situación, que comenzó a gestarse en 2023 y se agudizó en 2024, está generando una ola de interrupciones logísticas que golpea especialmente a sectores sensibles como el alimentario, farmacéutico y de productos perecederos. El impacto se siente a nivel global, pero con especial intensidad en América Latina, Asia y algunas rutas estratégicas de exportación hacia Europa y Norteamérica.

Alimentos en riesgo: frutas, lácteos y carnes con sobrecostos

En países exportadores de frutas como Chile, Perú, Ecuador y Colombia, la escasez de contenedores refrigerados ha encarecido los costos logísticos y ralentizado las exportaciones. En plena temporada alta de frutas como uva, mango, aguacate y arándano, los exportadores han debido competir por el limitado número de reefers disponibles, generando demoras en los embarques y pérdidas por maduración o sobrestadía en puertos.

La situación es especialmente crítica para productos como carne fresca, lácteos y mariscos, que requieren rangos de temperatura estrictos durante toda la cadena de suministro. Según estimaciones de exportadores chilenos, el costo de exportar con reefers se ha incrementado hasta un 35% en algunas rutas, y los tiempos de espera para conseguir disponibilidad superan en ocasiones los 10 días.

La falta de contenedores también ha expuesto la fragilidad de la cadena logística regional. Muchos países latinoamericanos dependen de la importación de reefers desde Asia o Europa, lo cual los deja vulnerables a disrupciones en la producción o distribución global de estos equipos.

Farmacéutica en alerta: vacunas y medicamentos comprometidos

Otro sector profundamente afectado es la industria farmacéutica. Productos de alto valor como vacunas, tratamientos biotecnológicos y medicamentos de cadena de frío requieren transporte controlado y continuo. La escasez de reefers ha elevado los costos de distribución hasta un 40% en algunas rutas internacionales, y ha obligado a varias farmacéuticas a rediseñar sus planes logísticos.

En algunos casos, la falta de disponibilidad ha derivado en retrasos en la entrega de medicamentos a hospitales o centros de salud, especialmente en países en desarrollo con infraestructura logística limitada. La trazabilidad y control de temperatura en tránsito se han vuelto más difíciles, incrementando el riesgo de que productos lleguen con pérdida de eficacia o incluso se vuelvan inutilizables.

Los operadores logísticos especializados en pharma han tenido que reasignar equipos, subcontratar refrigeración aérea o incluso fraccionar embarques, encareciendo aún más la cadena logística. La OMS ha emitido recomendaciones para priorizar los productos críticos y optimizar el uso de los reefers disponibles.

Causas de la escasez: combinación de factores estructurales y coyunturales

La actual crisis tiene múltiples raíces. Entre los principales factores destacan:

  • Aumento global de la demanda: El crecimiento de la exportación de perecederos, el e-commerce farmacéutico y el auge del consumo saludable han disparado la necesidad de reefers en rutas transcontinentales.
  • Producción limitada de contenedores: China, principal fabricante de reefers, redujo su producción durante la pandemia y ha tardado en recuperarse. Además, el alza en los precios del acero y componentes electrónicos ha encarecido su fabricación.
  • Desajuste logístico global: Muchos contenedores refrigerados se encuentran posicionados en regiones con baja demanda de exportación y no retornan con suficiente rapidez a puertos clave.
  • Colapso de rutas marítimas: Eventos como las tensiones en el Mar Rojo, los cuellos de botella en el Canal de Panamá o huelgas portuarias han ralentizado aún más el flujo de contenedores reefer.
  • Falta de inversión regional: América Latina, África y partes de Asia carecen de producción local de reefers, lo que los hace altamente dependientes de flujos globales.

Respuestas del mercado y posibles soluciones

Ante esta crisis, diversos actores logísticos y gobiernos están implementando medidas para mitigar el impacto. Entre las más destacadas están:

  • Inversiones en producción regional: Algunos países como Brasil y México han anunciado incentivos para fabricar reefers localmente y reducir la dependencia de importaciones.
  • Digitalización del monitoreo: Se ha acelerado la implementación de sensores IoT y plataformas digitales para rastrear en tiempo real los reefers disponibles, sus ubicaciones, condiciones y tiempos de rotación.
  • Optimización del uso existente: Empresas navieras están consolidando cargas de múltiples clientes y utilizando reefers de mayor capacidad para mejorar la eficiencia por unidad transportada.
  • Acuerdos intergubernamentales: Algunos países exportadores e importadores están firmando convenios para reservar cupos de reefers en rutas estratégicas, especialmente para productos críticos.
  • Incentivos a rutas alternativas: Se están explorando rutas marítimas menos congestionadas, transporte aéreo controlado y ferrocarriles refrigerados, aunque estos últimos siguen siendo minoritarios.

Perspectivas para 2025 y el futuro de la logística refrigerada

Se prevé que la escasez de reefers continúe al menos hasta mediados de 2025, aunque con menor intensidad. El mercado de refrigerados marítimos crecerá un 3.6% anual según estimaciones de Drewry, impulsado por el aumento del comercio de alimentos frescos, medicamentos y productos sensibles al clima.

A mediano plazo, la solución estructural pasa por fortalecer la producción de contenedores, invertir en infraestructura portuaria y ampliar capacidades de frío terrestre en centros logísticos. Además, el diseño de políticas públicas orientadas a garantizar cadenas de suministro resilientes para bienes esenciales será clave para enfrentar futuras disrupciones.

En conclusión, la crisis de los reefers revela la importancia de la logística especializada en un mundo cada vez más dependiente del comercio global de bienes perecederos. Superarla requerirá una combinación de innovación tecnológica, cooperación internacional e inversión estratégica para garantizar que alimentos, medicamentos y productos sensibles sigan fluyendo con seguridad, eficiencia y continuidad.

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