Coworking logístico: la nueva apuesta de e-commerce y pymes

En un entorno donde la velocidad, la flexibilidad y la eficiencia son claves para competir, las pequeñas y medianas empresas (pymes) y los negocios de e-commerce enfrentan un reto logístico cada vez más complejo: cómo gestionar inventarios, envíos y devoluciones sin contar con grandes recursos ni infraestructura propia. En respuesta a esta necesidad, ha surgido una tendencia innovadora que está ganando terreno en América Latina y otras regiones: el coworking logístico. Inspirado en el modelo de oficinas compartidas, este concepto traslada la lógica colaborativa al mundo de la logística, ofreciendo espacios físicos y servicios integrados que permiten a múltiples empresas operar desde un mismo centro de distribución. Esta nota explora cómo funciona este modelo, qué beneficios ofrece y por qué se perfila como una solución estratégica para el crecimiento de los negocios digitales.

¿Qué es el coworking logístico y cómo funciona?

El coworking logístico es un modelo que combina infraestructura compartida, tecnología y servicios logísticos bajo demanda para que distintas empresas —principalmente e-commerce y pymes— puedan gestionar sus operaciones desde un mismo espacio. A diferencia de los centros de distribución tradicionales, donde cada empresa debe asumir los costos de renta, personal, tecnología y mantenimiento, en el coworking logístico estos recursos se comparten, lo que reduce significativamente las barreras de entrada. Este modelo permite a los negocios acceder a zonas de almacenamiento, estaciones de empaque, sistemas de gestión de inventario (WMS), servicios de última milla y atención al cliente, todo bajo un esquema flexible y escalable.

En la práctica, una pyme puede contratar un espacio dentro de un coworking logístico por metros cúbicos o por número de SKU, y pagar solo por los servicios que utiliza. Esto resulta especialmente útil para negocios con demanda estacional o en crecimiento, ya que pueden ajustar su operación sin comprometerse a contratos largos ni realizar inversiones en infraestructura. Además, muchos de estos espacios están ubicados estratégicamente cerca de zonas urbanas o centros de consumo, lo que reduce los tiempos y costos de entrega.

Un ejemplo de este modelo es el de empresas como Cubbo, que opera centros de fulfillment compartido en México y Colombia, permitiendo a marcas digitales almacenar, empacar y enviar productos desde un mismo lugar. Según datos de la empresa, sus clientes pueden reducir hasta un 40% sus costos logísticos y mejorar en un 30% sus tiempos de entrega. Otro caso es el de Cargamos, que combina hubs urbanos con tecnología de ruteo inteligente para optimizar la última milla. Estos modelos no solo ofrecen eficiencia operativa, sino también acceso a tecnología que muchas pymes no podrían costear por sí solas.

Además, el coworking logístico fomenta la colaboración entre empresas. Al compartir espacio, muchas marcas encuentran oportunidades para hacer alianzas, compartir proveedores o incluso lanzar campañas conjuntas. Esta dimensión comunitaria, heredada del coworking tradicional, agrega valor más allá de lo operativo y fortalece el ecosistema emprendedor.

Ventajas competitivas para e-commerce y pymes

Uno de los principales beneficios del coworking logístico es la reducción de costos fijos. Para una pyme, montar un centro de distribución propio puede implicar inversiones de cientos de miles de pesos en renta, estantería, software, personal y seguridad. En cambio, al integrarse a un espacio compartido, estos costos se diluyen y se convierten en gastos variables, lo que mejora la salud financiera del negocio. Esta flexibilidad es clave en un entorno donde el 70% de las pymes en América Latina enfrentan dificultades para acceder a financiamiento, según datos del BID.

Otro beneficio es la escalabilidad. A medida que un negocio crece, puede ampliar su espacio o contratar servicios adicionales sin necesidad de mudarse o reestructurar su operación. Esto permite responder rápidamente a picos de demanda, como los que se presentan durante el Buen Fin, Navidad o campañas de marketing. Además, muchos coworkings logísticos ofrecen integración con marketplaces y plataformas de ecommerce, lo que facilita la automatización de pedidos, la actualización de inventarios y la trazabilidad de envíos.

La tecnología es otro pilar de este modelo. Al operar en un entorno digitalizado, las empresas pueden acceder a dashboards en tiempo real, reportes de desempeño, alertas de stock y herramientas de análisis predictivo. Esto mejora la toma de decisiones y permite optimizar la cadena de suministro. Según un estudio de Zebra Technologies, el 61% de las pymes que adoptan soluciones tecnológicas en su logística reportan mejoras en la satisfacción del cliente y en la eficiencia operativa.

Además, el coworking logístico contribuye a mejorar la experiencia del cliente final. Al reducir los tiempos de entrega, minimizar errores en el picking y ofrecer opciones de seguimiento en tiempo real, las marcas pueden cumplir con las expectativas de un consumidor cada vez más exigente. En un mercado donde el 84% de los compradores online considera que la experiencia de entrega influye en su decisión de recompra, este factor puede marcar la diferencia entre crecer o estancarse.

Por último, este modelo también tiene un impacto positivo en la sostenibilidad. Al compartir infraestructura y optimizar rutas de entrega, se reduce el consumo energético, las emisiones de CO₂ y el desperdicio de materiales. Algunos coworkings logísticos incluso promueven el uso de empaques reutilizables, vehículos eléctricos y prácticas de economía circular. Esto no solo mejora la huella ambiental de las empresas, sino que también conecta con un consumidor más consciente y comprometido.

Retos y perspectivas del coworking logístico en América Latina

Aunque el coworking logístico ofrece múltiples ventajas, su adopción aún enfrenta ciertos desafíos. Uno de ellos es la falta de conocimiento sobre el modelo. Muchas pymes aún no están familiarizadas con esta opción o la perciben como una solución temporal. Por eso, es clave que los operadores de estos espacios comuniquen claramente su propuesta de valor, ofrezcan pruebas piloto y generen confianza a través de casos de éxito.

Otro reto es la integración tecnológica. Para que el modelo funcione de forma eficiente, es necesario que las plataformas de los clientes se conecten con los sistemas del coworking logístico. Esto requiere compatibilidad, soporte técnico y capacitación. Si bien muchas soluciones ya ofrecen APIs y conectores estándar, aún existen barreras para negocios que operan con sistemas obsoletos o sin digitalización previa. Superar esta brecha es fundamental para escalar el modelo.

La gestión de la convivencia también es un punto a considerar. Al compartir espacio con otras marcas, pueden surgir conflictos por el uso de recursos, diferencias en los estándares de calidad o problemas de coordinación. Por eso, es importante que los operadores establezcan reglas claras, protocolos de operación y canales de comunicación efectivos. Algunos coworkings logísticos incluso asignan un “community manager logístico” que actúa como enlace entre las empresas y el equipo operativo.

En cuanto a las perspectivas, todo indica que el coworking logístico seguirá creciendo en los próximos años. El auge del ecommerce, la necesidad de soluciones flexibles y la búsqueda de eficiencia por parte de las pymes son factores que impulsan esta tendencia. Según un informe de Market Research Future, se espera que el mercado global de espacios de coworking alcance los 25 mil millones de dólares en 2025, con una tasa de crecimiento anual del 14.1% hasta 2034. Aunque este dato incluye coworkings tradicionales, refleja el apetito por modelos colaborativos y adaptables.

Además, la expansión del coworking logístico puede contribuir a descentralizar la logística urbana. Al ubicar estos espacios en zonas periféricas o intermedias, se puede reducir la congestión en los centros urbanos, mejorar la cobertura de entregas y dinamizar economías locales. Esto abre oportunidades para gobiernos, desarrolladores inmobiliarios y operadores logísticos que quieran apostar por un modelo más inclusivo y sostenible.

Conclusión

El coworking logístico representa una evolución natural en la forma de concebir la logística para ecommerce y pymes. Al combinar infraestructura compartida, tecnología accesible y una cultura colaborativa, este modelo permite a los negocios operar con mayor eficiencia, flexibilidad y escalabilidad. Aunque aún enfrenta retos de adopción y madurez, su potencial para transformar la cadena de suministro es enorme. En un mundo donde la agilidad es clave, compartir espacio también puede ser la mejor forma de avanzar.

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