Conoce la cadena de suministro del elástico de tus prendas

En la industria textil y de confección, pocos insumos resultan tan versátiles y fundamentales como el elástico. Presente en ropa deportiva, prendas íntimas, equipo médico y productos industriales, este material flexible tiene detrás una compleja cadena de suministro que abarca varios continentes y procesos. Desde la obtención de fibras sintéticas hasta la distribución en rollos o como parte de productos terminados, el recorrido logístico del elástico pone a prueba la eficiencia y adaptabilidad de la industria manufacturera global. ¿Cómo se produce, transporta y entrega este componente clave en millones de productos cotidianos?

Producción de fibras y fabricación del elástico

Todo comienza con la materia prima. El elástico moderno se compone principalmente de fibras sintéticas como el poliéster, poliamida o spandex (también conocido como elastano o lycra). Estas fibras son productos derivados del petróleo, lo que significa que su origen se encuentra en la petroquímica. Países como China, Estados Unidos y Arabia Saudita son clave en el suministro de estas materias primas. Según datos de Statista, en 2023, la producción global de fibra sintética superó los 63 millones de toneladas, de las cuales una parte significativa se destinó a aplicaciones elásticas.

Una vez obtenidas, las fibras se someten a un proceso de hilado y luego a una etapa de entrelazado o trenzado para formar bandas elásticas. En muchos casos, estas bandas combinan fibras elásticas (como el spandex) con otras más resistentes (como algodón o nylon), dependiendo del uso final. La producción suele realizarse en grandes fábricas ubicadas en Asia —especialmente en China, India, Vietnam y Bangladesh— debido a sus costos competitivos y la infraestructura textil consolidada. China, de hecho, es responsable de más del 40% de la producción mundial de textiles, incluidos elásticos.

Después de la fabricación, el producto pasa a ser cortado en medidas específicas y, si se requiere, teñido. También se le aplican tratamientos para mejorar su durabilidad, elasticidad o resistencia al calor. En esta fase, la precisión es clave: un error en el calibre del elástico puede impactar directamente en el rendimiento del producto final, ya sea una mascarilla, una prenda deportiva o una banda industrial.

Transporte y almacenamiento a escala global

El siguiente paso en la cadena es la distribución. Aquí entra en juego la logística internacional. El elástico, por lo general, se transporta en rollos o bobinas, empaquetado de forma compacta para maximizar el espacio en contenedores. El transporte marítimo es el principal medio utilizado, especialmente desde Asia hacia América, Europa y África. De acuerdo con la UNCTAD, el 80% del comercio mundial en volumen se realiza por mar, y los textiles representan una porción considerable de este flujo.

El tiempo de tránsito varía según el destino, pero puede ir desde 20 hasta 45 días. En este trayecto, el control de la humedad y temperatura en los contenedores puede ser crucial, ya que el exceso de humedad puede degradar la elasticidad o generar moho, afectando la calidad del producto. En paralelo, el costo de transporte se ve afectado por factores como la cotización del petróleo, disponibilidad de buques y congestión portuaria.

Al llegar a su destino, el elástico puede ser almacenado en centros de distribución mayoristas o directamente enviado a fábricas que lo incorporarán en productos terminados. La gestión de inventario debe ser precisa para evitar roturas de stock que puedan detener las líneas de producción. En países como México, Brasil o Colombia, el sector de confección depende de una red de importadores que distribuyen los elásticos entre miles de talleres pequeños y medianos.

En muchos casos, las empresas aplican estrategias de nearshoring para acortar tiempos logísticos. Por ejemplo, compañías norteamericanas comienzan a relocalizar parte de su producción o proveeduría en México para reducir la dependencia de Asia. Esto permite acortar el tiempo de tránsito y reaccionar con mayor agilidad a cambios en la demanda.

Aplicaciones finales y control de calidad

Ya en manos de fabricantes de prendas o productos, el elástico entra en su fase final de transformación. Dependiendo del artículo, el material se cose, se fusiona o se introduce mediante mecanismos automatizados. En la industria de la moda, por ejemplo, el elástico debe cumplir con estándares de confort y resistencia al lavado, mientras que en el sector médico (como mascarillas o ropa quirúrgica), debe responder a normas sanitarias y de bioseguridad.

En esta etapa, el control de calidad adquiere protagonismo. Un lote de elástico con fallas puede provocar devoluciones masivas o rechazo de productos por parte de retailers. Por eso, los fabricantes realizan pruebas de estiramiento, resistencia y elasticidad mínima. En Europa y América, estas pruebas siguen estándares como los establecidos por la Organización Internacional de Normalización (ISO) o la American Society for Testing and Materials (ASTM).

Además, la trazabilidad se vuelve clave. Con cadenas de suministro cada vez más digitalizadas, es fundamental poder rastrear cada lote de elástico desde su origen hasta su uso final. Esto permite detectar fallas, reducir desperdicio y cumplir con regulaciones ambientales, como la necesidad de evitar materiales tóxicos o contaminantes.

En los últimos años, también ha crecido el interés por el elástico ecológico o reciclado. Empresas textiles comienzan a usar fibras de PET reciclado para producir bandas elásticas sostenibles, lo cual responde a la presión de consumidores conscientes y regulaciones internacionales más estrictas en materia de sostenibilidad.

Conclusión

La cadena de suministro del elástico es un reflejo perfecto de la globalización textil. Desde la petroquímica hasta el estante del retail, este componente aparentemente simple moviliza recursos, personas y tecnologías en múltiples países y sectores. La eficiencia logística, la calidad en cada fase y la capacidad de adaptación frente a nuevas exigencias del mercado son factores clave para mantener la competitividad. En una industria que no se detiene, el elástico sigue siendo un eslabón flexible, pero esencial, para que la moda, la salud y la industria funcionen sin interrupciones.

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