Cómo se elige una ciudad para ser sede del mundial

Ser sede de un Mundial de Fútbol es un honor que coloca a cualquier ciudad en el foco internacional. Este evento, que reúne a millones de aficionados de todo el mundo, no solo impulsa la economía local, sino que también refuerza la proyección cultural y deportiva de la región. Sin embargo, no todas las ciudades están listas para asumir un desafío de tal magnitud. La FIFA, organismo rector del fútbol mundial, establece criterios específicos y rigurosos que las ciudades deben cumplir para ser consideradas como sedes.

Infraestructura deportiva y capacidad para grandes multitudes

Uno de los criterios más importantes que busca la FIFA en una ciudad sede es la infraestructura deportiva, particularmente la calidad de los estadios. Estas instalaciones deben cumplir con estrictos estándares internacionales, tanto en términos de capacidad como de funcionalidad. Según las reglas de la FIFA, los estadios utilizados para el Mundial deben tener una capacidad mínima de 40,000 espectadores, mientras que el estadio destinado a la final debe poder albergar al menos 80,000 personas. Además, deben estar equipados con tecnología moderna, como sistemas de iluminación y pantallas gigantes de última generación, así como instalaciones para medios de comunicación, camerinos y áreas VIP.

La seguridad es otro aspecto clave. Los estadios deben contar con planes de evacuación, sistemas de monitoreo y controles de acceso que garanticen la seguridad de los asistentes. En el Mundial de Brasil 2014, por ejemplo, el estadio Maracaná fue renovado con una inversión de más de 500 millones de dólares para cumplir con estos requisitos, lo que incluyó mejoras en accesos, asientos y tecnología de seguridad.

Más allá de los estadios, la ciudad debe contar con infraestructura adecuada para recibir a grandes multitudes. Esto incluye la disponibilidad de alojamientos, desde hoteles de lujo hasta opciones más económicas para los aficionados. En Rusia 2018, por ejemplo, se ofrecieron más de 190,000 habitaciones en las ciudades sede para satisfacer la demanda de los visitantes. Además, las ciudades deben contar con una red eficiente de transporte público que facilite el traslado de los espectadores entre estadios, hoteles y otras áreas de interés.

Un buen ejemplo es Doha, Qatar, sede del Mundial 2022, que desarrolló un sistema de metro de alta velocidad que conectó los principales estadios y puntos turísticos en tiempo récord. Este tipo de infraestructura no solo mejora la experiencia de los visitantes, sino que también deja un legado positivo para la ciudad a largo plazo.

Accesibilidad, conectividad y logística

Otro aspecto fundamental que considera la FIFA es la accesibilidad de la ciudad y su capacidad para gestionar la logística de un evento de esta magnitud. Las ciudades candidatas deben contar con un aeropuerto internacional capaz de manejar el gran volumen de llegadas y salidas durante el torneo. Este aeropuerto debe estar bien conectado con las principales ciudades del mundo y ofrecer una experiencia eficiente para los viajeros, desde el control migratorio hasta la recolección de equipaje.

La conectividad interna también es crucial. La FIFA evalúa las opciones de transporte terrestre, como trenes, autobuses y taxis, así como la calidad de las carreteras y autopistas. Las ciudades sede deben garantizar que los aficionados puedan desplazarse fácilmente entre los estadios, aeropuertos y zonas turísticas. En el Mundial de Sudáfrica 2010, la inversión en infraestructura vial y transporte público fue una de las más grandes en la historia del país, con un costo estimado de 3,000 millones de dólares, lo que permitió modernizar las ciudades sede y mejorar su conectividad.

Además de la logística de transporte, las ciudades deben demostrar su capacidad para manejar la logística del evento en general. Esto incluye la gestión de equipos, árbitros, medios de comunicación y patrocinadores. En total, se estima que más de 20,000 personas trabajan detrás de escena en cada Mundial para garantizar que el torneo se lleve a cabo sin problemas. Las ciudades sede deben proporcionar instalaciones adecuadas para el entrenamiento de los equipos, centros de prensa y áreas para los patrocinadores.

Otro punto importante es la seguridad. Las ciudades deben presentar planes sólidos para garantizar la protección de los asistentes y participantes. Esto incluye la presencia de fuerzas de seguridad, sistemas de monitoreo y coordinación con agencias internacionales. En el Mundial de Brasil 2014, más de 100,000 agentes de seguridad participaron en la operación para garantizar la seguridad en las ciudades sede, destacando la importancia de este aspecto para la elección de las sedes.

Cultura futbolera y legado del evento

El tercer aspecto que busca la FIFA en una ciudad sede es la cultura futbolera y el legado que el Mundial puede dejar en la región. Las ciudades con una rica tradición futbolística tienen una ventaja significativa, ya que la pasión por el deporte garantiza una experiencia única tanto para los aficionados locales como para los visitantes. Ciudades como Buenos Aires, Barcelona o Río de Janeiro son conocidas por su amor al fútbol, lo que las convierte en candidatas naturales para eventos deportivos de esta envergadura.

Sin embargo, la FIFA también considera el impacto a largo plazo del torneo. Más allá de los beneficios económicos inmediatos, como el aumento del turismo y los ingresos por entradas, la organización busca que las ciudades sede utilicen el Mundial como una oportunidad para desarrollar su infraestructura y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Por ejemplo, en el caso del Mundial de Alemania 2006, las ciudades sede invirtieron en la modernización de sus estadios y sistemas de transporte, dejando un legado duradero que sigue beneficiando a la población local.

El Mundial también es una oportunidad para promover la diversidad cultural y la hospitalidad de la ciudad. Las ciudades sede deben estar preparadas para recibir a visitantes de diferentes países, ofreciendo una experiencia inclusiva y memorable. Esto incluye la organización de eventos culturales, festivales y actividades relacionadas con el torneo que enriquezcan la experiencia de los aficionados.

Finalmente, la FIFA evalúa cómo las ciudades planean reutilizar la infraestructura construida para el torneo. La sostenibilidad es un aspecto cada vez más importante en la elección de las sedes. Por ejemplo, en Qatar 2022, varios estadios fueron diseñados con estructuras desmontables que se reutilizarán en proyectos comunitarios después del torneo. Este enfoque asegura que las inversiones realizadas beneficien a la comunidad local y no se conviertan en instalaciones abandonadas.

Conclusión

La elección de una ciudad para ser sede del Mundial de Fútbol no es una decisión tomada a la ligera. La FIFA evalúa una combinación de infraestructura, accesibilidad, seguridad y cultura futbolera para garantizar que el torneo sea un éxito tanto para los aficionados como para la ciudad anfitriona. Más allá del evento deportivo, el Mundial representa una oportunidad única para que las ciudades muestren su potencial, impulsen su desarrollo y dejen un legado positivo para las generaciones futuras. Ser sede de un Mundial no es solo un desafío, sino también un privilegio que transforma a las ciudades y las coloca en el escenario global.

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