Cómo entrenar a tu equipo para evitar mermas operativas

Las mermas en un almacén no solo representan pérdida de producto, también implican tiempo, esfuerzo y dinero invertido que no generan valor. Muchas de estas mermas no se deben a eventos externos, sino a errores humanos que pueden evitarse con entrenamiento. Capacitar al equipo operativo de manera regular y estructurada es una inversión clave para mejorar la eficiencia y cuidar el inventario.

Primero detecta las causas más comunes de merma

Antes de capacitar, es importante entender qué tipo de mermas ocurren con mayor frecuencia en la operación. Puede tratarse de productos mal manipulados, tarimas mal armadas, errores de picking, devoluciones mal procesadas o extravíos por mala ubicación. Identificar patrones ayuda a enfocar el entrenamiento en los puntos críticos donde más impacto tendrá.

El análisis de mermas por tipo de error también permite distinguir entre fallas operativas, logísticas o de comunicación, y adaptar el contenido de la capacitación a cada una.

Entrenamiento práctico con enfoque en tareas reales

Las capacitaciones más efectivas no son teóricas, sino aplicadas. En lugar de solo explicar “qué no se debe hacer”, conviene mostrar cómo se hacen las tareas correctamente. Por ejemplo, cómo armar una tarima sin comprometer la estabilidad, cómo manipular productos frágiles, o cómo escanear correctamente para evitar duplicidades.

Hacer simulaciones en piso con productos reales ayuda al operador a interiorizar los movimientos correctos y a identificar errores antes de que ocurran en una situación real.

Refuerza temas clave de manera recurrente

Una sola capacitación no basta. Para evitar que se olviden las buenas prácticas, es necesario reforzar los puntos críticos de forma constante. Esto puede ser mediante recaps semanales, microcapacitaciones de 5 minutos antes del turno, o incluso señalética en piso que recuerde las mejores prácticas para reducir merma.

Este enfoque ayuda a mantener la cultura operativa activa y refuerza los hábitos positivos sin necesidad de sesiones largas.

Capacitar no es regañar, es empoderar

Es fundamental que el equipo entienda que la capacitación no busca castigar errores, sino evitar que ocurran. En muchos casos, la merma se debe a desconocimiento, no a negligencia. Cuando se entrena con claridad, respeto y apoyo, el personal responde mejor, se involucra más y toma decisiones con mayor criterio.

Incluir al personal en la creación de los contenidos también ayuda a que se sientan parte de la solución, no solo del problema.

Monitorea el impacto de la capacitación en las métricas

Toda capacitación debe ir acompañada de una medición. Si se capacita en armado de pallets, hay que revisar si bajan las mermas por aplastamiento. Si se entrena en etiquetado, hay que verificar si disminuyen las confusiones en surtido. Medir permite saber qué está funcionando y qué debe ajustarse o reforzarse.

También permite reconocer públicamente a quienes han mejorado, lo cual refuerza el mensaje y motiva al resto del equipo.

No te olvides del personal nuevo o eventual

Una causa común de merma es la falta de inducción adecuada al personal nuevo. A veces, por urgencia o falta de tiempo, se les asignan tareas sin darles contexto ni entrenamiento. Esto genera errores que pueden evitarse con una inducción breve, pero bien estructurada, desde el primer día.

También conviene dejar materiales de consulta accesibles, como videos cortos o carteles explicativos, para reforzar lo aprendido.

Define responsables y crea una rutina de capacitación

Para que el entrenamiento no dependa del ánimo o la urgencia, debe institucionalizarse. Designar a una persona como responsable de la capacitación operativa y establecer una rutina semanal o quincenal garantiza consistencia. Esta persona no tiene que ser externa: puede ser alguien del equipo con experiencia, bien capacitado para enseñar.

El objetivo es que el aprendizaje forme parte del ritmo normal de la operación, no solo cuando hay un problema.

Incluir temas de seguridad y ergonomía también reduce mermas

Muchas mermas están ligadas a errores por cansancio, esfuerzo mal hecho o condiciones inseguras. Capacitar sobre pausas activas, uso correcto del montacargas, carga ergonómica y seguridad personal también contribuye a evitar pérdidas, aunque no siempre se note de forma inmediata.

Un operador sano, descansado y bien informado comete menos errores y cuida mejor el producto.

La mejor defensa contra la merma es un equipo bien entrenado

Ningún sistema, layout o tecnología puede sustituir a un equipo consciente y capacitado. Cuando cada operador sabe cómo, por qué y para qué hace su trabajo, el nivel de merma baja drásticamente. La capacitación continua no es un gasto: es una herramienta estratégica que protege la operación y fortalece al equipo.

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