Chile como hub logístico en Sudamérica: Avances y desafíos

En las últimas dos décadas, Chile ha emergido como uno de los actores logísticos más relevantes de Sudamérica, convirtiéndose en una pieza clave para el comercio regional e internacional. Su ubicación geográfica privilegiada en el Pacífico Sur, una política comercial abierta y sostenida, así como una infraestructura portuaria que ha recibido inversiones millonarias en los últimos años, han facilitado que este país sudamericano se proyecte como un hub logístico natural. Sin embargo, los desafíos en conectividad terrestre, brechas tecnológicas y presiones medioambientales plantean retos importantes para consolidar su liderazgo en el sector.

Infraestructura portuaria y apertura comercial como ejes del desarrollo

Uno de los pilares del posicionamiento de Chile como hub logístico regional es su red de puertos de clase mundial. El puerto de San Antonio y el de Valparaíso, ambos ubicados en la región central del país, concentran más del 70% del movimiento de carga contenedorizada. El Puerto de San Antonio, en particular, movilizó más de 22 millones de toneladas en 2023, según cifras de la Empresa Portuaria San Antonio (EPSA), consolidándose como el más grande del país. Estas instalaciones cuentan con tecnología de punta y están en constante modernización para responder a la creciente demanda del comercio marítimo.

A ello se suma la red de tratados de libre comercio (TLC) de Chile, que incluye más de 30 acuerdos con 65 países, lo que le permite acceso preferencial a mercados que representan aproximadamente el 90% del PIB mundial. Esta estrategia comercial ha sido fundamental para el crecimiento del intercambio de bienes y ha generado un aumento sostenido de las operaciones logísticas, tanto de exportación como de importación. China, Estados Unidos, Japón y Brasil figuran entre sus principales socios comerciales.

La estabilidad macroeconómica y la seguridad jurídica también han jugado un papel importante en atraer inversión extranjera directa (IED) al sector logístico chileno. Empresas multinacionales como DHL, Maersk y Kuehne+Nagel han establecido operaciones clave en Santiago y otras ciudades logísticamente relevantes. Esto ha contribuido a la profesionalización del sector, al aumento de empleos especializados y a la integración de tecnologías como sistemas WMS y TMS de última generación.

Conectividad terrestre, tecnología y sostenibilidad: los desafíos pendientes

Pese a los avances significativos, Chile enfrenta varios desafíos estructurales que podrían limitar su consolidación como hub logístico regional. Uno de ellos es la conectividad terrestre, especialmente hacia el norte del país y los pasos fronterizos con Argentina, Bolivia y Perú. La infraestructura vial en zonas cordilleranas es vulnerable a interrupciones climáticas, y los tiempos de tránsito en pasos como Los Libertadores o Jama pueden extenderse por días durante el invierno. Esta situación afecta directamente la competitividad de las cadenas logísticas multimodales.

A nivel tecnológico, aún existen brechas importantes entre las grandes empresas logísticas y los operadores medianos y pequeños. Mientras las multinacionales están avanzando en la automatización de procesos, digitalización de inventarios y trazabilidad en tiempo real, muchos actores locales siguen utilizando sistemas manuales o poco integrados. La brecha digital se traduce en ineficiencias operativas, mayor posibilidad de errores y una menor capacidad para adaptarse a las exigencias de mercados globales hiperconectados.

Otro reto importante es el impacto medioambiental del transporte y las operaciones logísticas. Si bien Chile ha avanzado en energías renovables, el sector logístico aún depende en gran parte de combustibles fósiles. La transición hacia una logística verde requiere incentivos fiscales, infraestructura para vehículos eléctricos, y regulaciones más estrictas que promuevan el uso de soluciones sustentables como trenes de carga, hubs logísticos ecoeficientes y empaques reutilizables.

Proyecciones y estrategias para el futuro logístico chileno

En los próximos años, Chile podría consolidarse como el hub logístico del Pacífico Sur si logra integrar sus fortalezas con una estrategia público-privada coordinada. El desarrollo de corredores bioceánicos, como el Corredor Capricornio que conectará Brasil, Paraguay, Argentina y Chile con puertos del Pacífico, será clave para aumentar el tráfico de mercancías a través del país. Asimismo, la modernización del sistema ferroviario y la ampliación de la capacidad portuaria en regiones como Biobío y Tarapacá permitirán descentralizar las operaciones y mejorar la resiliencia del sistema logístico nacional.

El impulso a la digitalización también será fundamental. Programas como «Chile Logística 4.0» buscan capacitar a pymes en tecnologías de la información, fomentar la interoperabilidad entre sistemas y crear una red logística integrada a nivel nacional. Esto podría reducir los costos logísticos que actualmente representan entre un 15% y 18% del valor del producto exportado.

En cuanto a sostenibilidad, la incorporación de normativas ambientales más estrictas, junto con programas de certificación verde para centros de distribución y operadores logísticos, abrirá nuevas oportunidades para posicionar a Chile no solo como un nodo eficiente, sino también como uno comprometido con la logística sustentable. Con una geografía que lo conecta directamente con Asia-Pacífico, acceso preferencial a los principales mercados globales y una industria logística en constante transformación, Chile tiene todo para convertirse en la plataforma regional más importante de Sudamérica.

El ascenso de Chile como hub logístico sudamericano es producto de una combinación de factores geográficos, políticas comerciales inteligentes, infraestructura moderna y una visión de integración global; no obstante, su consolidación a largo plazo dependerá de cómo enfrente los desafíos de conectividad terrestre, sostenibilidad ambiental y transformación digital, lo que requerirá voluntad política, inversión coordinada y colaboración entre el sector público y privado para seguir liderando el futuro logístico de la región.

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