Centros logísticos que impulsan el comercio en todo México

La logística es uno de los pilares más importantes para el crecimiento económico de cualquier país, y en el caso de México, este papel es aún más relevante debido a su ubicación geográfica privilegiada, sus tratados comerciales y su creciente papel en las cadenas de suministro globales. México conecta con América del Norte, Centroamérica y el resto del mundo a través de múltiples puertos, aeropuertos, fronteras terrestres y corredores industriales. En este contexto, los centros logísticos han tomado protagonismo como nodos esenciales para el almacenamiento, procesamiento, reempaque y distribución eficiente de mercancías. Estos centros, que combinan infraestructura, tecnología y acceso multimodal, son fundamentales para garantizar que los productos lleguen a tiempo y en óptimas condiciones a su destino final. Esta nota explora los principales centros logísticos en México, sus características, ventajas competitivas y el papel que juegan en la economía nacional.

Bajío y centro: El corazón industrial y logístico del país

La región del Bajío, que abarca estados como Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí y Aguascalientes, es considerada una de las zonas más dinámicas para la logística en México. Su cercanía con Ciudad de México y su conexión directa con el norte industrial y los puertos del Pacífico la convierten en un eje clave para el movimiento de mercancías. Ciudades como Querétaro han invertido en infraestructura logística moderna, como parques industriales con certificación internacional, centros de distribución automatizados y conexiones férreas y carreteras que permiten una respuesta ágil a la demanda nacional e internacional.

El Aeropuerto Intercontinental de Querétaro y la infraestructura carretera que conecta con el Arco Norte y el corredor industrial México–Monterrey son ejemplos de la integración logística que ha favorecido a la región. Además, el crecimiento del comercio electrónico ha provocado la instalación de centros de fulfillment y almacenes regionales por parte de empresas como Amazon, Mercado Libre y DHL, que aprovechan la centralidad geográfica de esta zona para distribuir productos en menos de 24 horas en gran parte del país.

En el centro del país, Ciudad de México y el Estado de México mantienen su relevancia como los principales puntos de concentración de mercancía. Se estima que más del 30% del consumo nacional se realiza en esta zona, lo que obliga a contar con una infraestructura logística de alta capacidad. Zonas como Cuautitlán Izcalli, Tultitlán y Tepotzotlán cuentan con cientos de centros de distribución que sirven tanto al mercado interno como a empresas que necesitan hacer última milla hacia millones de consumidores. Esta región también alberga centros logísticos especializados en alimentos, farmacéuticos y productos perecederos, dada su cercanía a los mercados de abasto y los puntos de consumo masivo.

Norte del país: Frontera estratégica para exportación e industria

La frontera norte de México es uno de los entornos logísticos más activos de todo el continente. Ciudades como Monterrey, Tijuana, Ciudad Juárez y Reynosa han crecido alrededor de la actividad industrial y del comercio transfronterizo con Estados Unidos, principal socio comercial de México. Según datos de la Secretaría de Economía, más del 80% del comercio exterior terrestre pasa por esta región, lo que convierte a los centros logísticos del norte en piezas fundamentales para la competitividad nacional.

Monterrey, por ejemplo, destaca no solo por su fuerte presencia industrial, sino por sus centros logísticos de clase mundial. Parques como Interpuerto Monterrey o Hofusan en Salinas Victoria cuentan con infraestructura ferroviaria, almacenamiento inteligente y servicios aduanales integrados, permitiendo a las empresas operar con tiempos de tránsito optimizados hacia Estados Unidos. Además, la ciudad tiene acceso directo a carreteras que conectan con Laredo, uno de los cruces fronterizos más importantes del continente.

En Tijuana, la cercanía con el estado de California permite una integración casi inmediata con la cadena de suministro de la costa oeste estadounidense. Aquí, los centros logísticos se especializan en manufactura ligera, electrónica, dispositivos médicos y exportaciones bajo esquemas de nearshoring. Las empresas aprovechan el régimen fiscal y logístico de las maquiladoras para importar insumos, transformarlos y reexportarlos en cuestión de días, gracias al dinamismo de sus almacenes e infraestructura aduanera.

Ciudad Juárez y Reynosa también destacan por su papel logístico en la industria automotriz y electrónica. A través de clústeres industriales y centros de distribución dedicados, se gestiona el tránsito diario de cientos de camiones, consolidando a esta franja como uno de los principales corredores de exportación del país. Este dinamismo ha atraído inversiones en tecnologías como sistemas de trazabilidad, almacenes con temperatura controlada y servicios logísticos 3PL con enfoque en cumplimiento justo a tiempo.

Puertos marítimos y rutas multimodales: Conexión global desde el Pacífico y Atlántico

México cuenta con más de 100 puertos marítimos, pero solo una decena concentra el 90% del movimiento de carga. De estos, los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas en el Pacífico, y Veracruz y Altamira en el Atlántico, son los más relevantes para la logística internacional. En torno a ellos se han desarrollado plataformas logísticas que permiten recibir, almacenar y redistribuir contenedores de forma eficiente.

El puerto de Manzanillo, en Colima, es el más activo del país en cuanto a movimiento de contenedores. En 2023, superó los 3.5 millones de TEUs, convirtiéndose en la puerta de entrada principal para productos provenientes de Asia. La zona cuenta con centros logísticos especializados en carga contenerizada, servicios aduanales, almacenamiento y desconsolidación, además de estar conectada por ferrocarril al Bajío y al centro del país. Las empresas logísticas que operan aquí cuentan con acceso directo a corredores carreteros que facilitan la salida de carga hacia mercados industriales.

Lázaro Cárdenas, en Michoacán, ha crecido como alternativa al congestionado Manzanillo. Su infraestructura moderna, con patio ferroviario de Kansas City Southern y conexiones directas al centro del país, ha permitido el desarrollo de centros logísticos dentro del puerto y en su hinterland. Este modelo intermodal ha mejorado los tiempos de tránsito y ha reducido los costos para empresas de sectores como la automotriz y el agroindustrial.

En el Golfo de México, el puerto de Veracruz se mantiene como uno de los más antiguos pero también más estratégicos. Con una ampliación portuaria que duplicará su capacidad, se proyecta que en los próximos años se convierta en un eje fundamental para el comercio con Europa, Sudamérica y la costa este de Estados Unidos. Los centros logísticos en su zona metropolitana manejan productos agrícolas, carga general y químicos, aprovechando su cercanía con corredores carreteros y ferroviarios hacia Puebla, Tlaxcala y la CDMX.

Altamira, en Tamaulipas, complementa esta función con infraestructura orientada a productos energéticos, petroquímicos y manufactura pesada. Su parque industrial y centro logístico ha sido clave para industrias como la química y automotriz, permitiendo la recepción de materia prima y el envío de productos terminados al norte del país o directamente a Estados Unidos por vía terrestre.

Conclusión

México cuenta con una red de centros logísticos diversa, estratégica y en constante expansión. Desde el Bajío y el centro del país como punto neurálgico del consumo interno, hasta la frontera norte como motor exportador, pasando por los puertos marítimos que conectan con Asia, Europa y América del Sur, cada uno de estos nodos cumple una función clave en la cadena de suministro. Su éxito se basa en una combinación de ubicación geográfica, infraestructura, tecnología y servicios especializados. A medida que las tendencias como el nearshoring, el comercio electrónico y la automatización avanzan, estos centros seguirán evolucionando y atrayendo inversión. Para las empresas que buscan crecer en México, entender y aprovechar la ubicación y capacidades de estos hubs logísticos es una ventaja competitiva que no se puede ignorar.

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