La competencia por el título de capital logística de México no es solo simbólica, sino estratégica. CDMX, Monterrey y Guadalajara son las tres ciudades más influyentes del país y cada una ha desarrollado estructuras logísticas robustas que las posicionan como centros neurálgicos del comercio, la distribución y el transporte. Pero, ¿cuál de ellas tiene realmente la delantera cuando se trata de mover mercancías de forma eficiente, a gran escala y con impacto nacional e internacional? En este análisis exploraremos la infraestructura logística, la conectividad multimodal, los parques industriales, la inversión extranjera y la posición geográfica de cada ciudad. Con estos elementos sobre la mesa, es posible tener una visión más clara de qué ciudad podría llevarse el reconocimiento como la verdadera capital logística de México.

Ciudad de México: Epicentro del consumo y la distribución nacional
La CDMX, con más de 9 millones de habitantes solo en su zona central y más de 22 millones en su área metropolitana, es sin duda el principal punto de consumo del país. Esta enorme demanda la convierte automáticamente en un destino logístico prioritario para empresas de todos los sectores. Desde alimentos y bebidas, hasta tecnología, moda y productos farmacéuticos, todo lo que se comercializa en México suele pasar por la capital.
Uno de sus grandes activos logísticos es su cercanía con la aduana de Pantaco, una de las más activas del país, y su integración con las principales carreteras del centro: la autopista México-Querétaro, México-Puebla y el Circuito Exterior Mexiquense, entre otras. Esta red de conectividad terrestre facilita el acceso a cualquier punto del país, especialmente hacia el bajío y el sureste.
Aunque la Ciudad de México no cuenta con un puerto marítimo, su Aeropuerto Internacional Benito Juárez es el segundo con mayor movimiento de carga aérea en Latinoamérica. En 2022 se movilizaron más de 550 mil toneladas de carga, según datos de la Agencia Federal de Aviación Civil. Además, se suma el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que se ha promovido como un nuevo hub de carga con 350 hectáreas destinadas a actividades logísticas.
Pese a sus ventajas, la capital enfrenta desafíos estructurales. El tráfico vehicular, la saturación de su infraestructura urbana y las restricciones de circulación para transporte pesado dificultan las operaciones logísticas en horarios críticos. Sin embargo, su papel como punto de llegada y distribución sigue siendo clave, especialmente para empresas de última milla.
Monterrey: Fuerza industrial y acceso directo a Estados Unidos
Ubicada en el noreste del país, Monterrey ha consolidado su posición como uno de los principales polos industriales y logísticos de México. Su cercanía con la frontera de Estados Unidos —a solo 200 km del puerto fronterizo de Laredo, Texas— le otorga una ventaja natural en el comercio exterior. De hecho, el 35% de los cruces de carga terrestre entre México y EE.UU. se dan a través de Nuevo Laredo, lo cual favorece a toda la región metropolitana de Monterrey.
La ciudad también cuenta con una impresionante red de parques industriales y clústeres logísticos, muchos de ellos vinculados a las industrias automotriz, manufacturera, metalmecánica y electrónica. De acuerdo con la Secretaría de Economía de Nuevo León, existen más de 120 parques industriales activos que dan soporte a cadenas productivas nacionales e internacionales.
En cuanto a infraestructura, Monterrey posee una red ferroviaria interconectada con los principales corredores del norte del país, y el Aeropuerto Internacional de Monterrey mueve más de 50 mil toneladas anuales en carga aérea, consolidándose como el tercer aeropuerto más importante del país en este rubro.
Monterrey también destaca por su digitalización logística. Muchas empresas utilizan tecnologías de última generación, como gestión de almacenes automatizados, trazabilidad por sensores IoT, plataformas de planificación inteligente de rutas y flotas conectadas a la nube. Esta modernización ha permitido una mejor toma de decisiones en tiempo real y una reducción de costos operativos.
Guadalajara: Innovación logística en el corazón del occidente
La capital de Jalisco no se queda atrás. Guadalajara es considerada la puerta de entrada del Pacífico gracias a su cercanía con el puerto de Manzanillo, el más importante de México en movimiento de contenedores, que conecta con Asia y América del Sur. Esta ubicación la convierte en un punto estratégico para la logística de importación y exportación.
Además, Guadalajara ha desarrollado uno de los ecosistemas tecnológicos más importantes del país, con un fuerte clúster de logística inteligente que impulsa la automatización, inteligencia artificial y análisis de datos para optimizar procesos logísticos. Empresas como Flex, Sanmina y HP han establecido aquí sus centros de distribución por la eficiencia del entorno.
El Aeropuerto Internacional de Guadalajara es el segundo más importante del país en carga aérea, superando las 180 mil toneladas anuales. Además, su red ferroviaria permite el tránsito ágil de mercancía hacia el centro, bajío y norte del país.
Otro punto fuerte de Guadalajara es su entorno logístico regional. El corredor industrial de El Salto cuenta con más de 60 empresas dedicadas exclusivamente al almacenamiento, distribución y transporte. Sumado a ello, Jalisco ha invertido fuertemente en infraestructura vial, con carreteras que conectan rápidamente con los estados vecinos, como Aguascalientes, Guanajuato y Colima.
Aunque su densidad poblacional es menor que la CDMX, Guadalajara tiene una ventaja operativa en términos de menor saturación vial y menor costo logístico por kilómetro recorrido. Su ubicación la hace ideal para ser centro de distribución para el occidente y centro del país.

Conclusión
Determinar cuál es la capital logística de México no es tarea fácil. La CDMX concentra el mayor volumen de consumo y distribución, pero enfrenta obstáculos operativos propios de una megalópolis. Monterrey, por su parte, destaca en comercio exterior, industria y tecnología aplicada a la logística, mientras que Guadalajara brilla por su integración con el Pacífico y su innovación logística regional. Cada ciudad tiene ventajas comparativas claras que la hacen indispensable en la cadena de suministro nacional. Sin embargo, si se considera conectividad internacional, infraestructura industrial, modernización tecnológica y proyección logística hacia el futuro, Monterrey parece tener una ligera ventaja. Su acceso inmediato a EE.UU., su potente industria manufacturera y sus avances en digitalización logística podrían colocarla como la capital logística de México en los años por venir. No obstante, el futuro de la logística mexicana será compartido y complementario. Las tres ciudades jugarán roles clave en un ecosistema interconectado que, con inversión estratégica y colaboración entre regiones, podrá posicionar a México como un hub logístico continental.