La cadena de suministro del café es un proceso complejo que involucra a millones de personas y recorre miles de kilómetros antes de llegar a nuestras tazas. Este viaje, que empieza en las montañas tropicales donde se cultivan los granos y termina en las cafeterías de nuestras ciudades, es fascinante y está lleno de desafíos. En esta nota, exploraremos cómo funciona esta cadena de suministro, los actores clave involucrados, y los retos que enfrenta la industria para asegurar que podamos disfrutar de una buena taza de café cada mañana.
El Origen del Café: Cultivo y Cosecha
Todo comienza en las regiones tropicales del mundo, principalmente en países como Brasil, Vietnam, Colombia, Etiopía y Honduras, que juntos producen más del 60% del café mundial. Brasil, con una cosecha anual de más de 60 millones de sacos de 60 kilogramos cada uno, es el mayor productor, según la Organización Internacional del Café (OIC). En el 2023, por ejemplo, Brasil produjo cerca de 37% de la oferta mundial de café.
El café se cultiva principalmente en pequeñas fincas de menos de cinco hectáreas. Los caficultores, a menudo en regiones montañosas de difícil acceso, cuidan meticulosamente sus cultivos para asegurar la calidad de los granos. El proceso de cultivo del café es largo y requiere mucha atención. Desde la siembra hasta la cosecha, pueden pasar de tres a cuatro años antes de que un cafeto comience a producir cerezas. La cosecha, por su parte, es un trabajo intensivo: en muchos casos, las cerezas se recogen a mano para seleccionar solo las más maduras, lo que garantiza la calidad del café.
El rendimiento de un cafeto es bastante bajo, ya que un árbol promedio produce alrededor de 2,2 kilogramos de cerezas por año, lo que equivale a solo 500 gramos de café tostado. Esto subraya la cantidad de esfuerzo necesario para producir incluso una pequeña cantidad de café.
Procesamiento y Transporte: De la Granja al Mercado Global
Una vez que las cerezas de café han sido cosechadas, comienza el proceso de separación y secado. Existen diferentes métodos de procesamiento: el proceso seco, el húmedo y el semi-húmedo, cada uno con un impacto diferente en el sabor final del café. Por ejemplo, el proceso húmedo, que es el más común en países como Colombia y Kenia, resalta la acidez del café, mientras que el proceso seco, más común en Brasil, produce un café con cuerpo más pronunciado.
Después del procesamiento, los granos se secan al sol o en secadoras especiales hasta alcanzar un nivel de humedad ideal para su almacenamiento y transporte. Este secado es crucial para evitar la fermentación y el deterioro de los granos durante su largo viaje.
El siguiente paso en la cadena de suministro es el transporte de los granos secos a las plantas de procesamiento o a los exportadores. En esta fase, los granos de café, ahora llamados «café verde», se empaquetan en sacos y se envían a través de complejas redes de transporte que pueden incluir camiones, trenes y barcos. Estos granos pueden viajar miles de kilómetros desde las fincas hasta los puertos de exportación. En 2023, según datos de la OIC, se exportaron más de 170 millones de sacos de café a nivel mundial, un reflejo de la enorme escala de esta operación logística.
Una vez en los puertos, los granos pueden pasar semanas en tránsito antes de llegar a su destino final. El transporte internacional de café es una operación costosa y dependiente de las condiciones globales, como el precio del combustible y la estabilidad política de los países exportadores. Los granos de café son particularmente sensibles a los cambios de temperatura y humedad durante el transporte, lo que añade otra capa de complejidad al proceso.
El Café en el Mercado: Tostado, Comercialización y Consumo
Una vez que el café verde llega a su destino, generalmente en países consumidores como Estados Unidos, Alemania, o Japón, comienza el proceso de tostado. El tostado es un arte y una ciencia; la temperatura, el tiempo y el método de tostado influyen directamente en el perfil de sabor del café. Un tostado más ligero preserva las notas originales del grano, mientras que un tostado más oscuro resalta sabores más robustos y ahumados.
Las empresas tostadoras son responsables de transformar los granos verdes en el café marrón aromático que todos conocemos. Los tostadores suelen trabajar con lotes específicos de café para mantener la consistencia en la calidad y sabor del producto final. Después del tostado, el café se envasa y se distribuye a minoristas, cafeterías y directamente a los consumidores. En esta etapa, la frescura del café es crucial, ya que el café tostado comienza a perder su sabor y aroma a partir de los 15 días posteriores al tostado.
El café es uno de los productos más comercializados del mundo. Según la OIC, el mercado mundial del café tiene un valor de más de $100 mil millones, y se estima que se consumen alrededor de 2.25 mil millones de tazas de café cada día en todo el mundo. Este alto nivel de consumo ha llevado a una creciente demanda de productos de café de calidad y sostenibles, lo que ha dado lugar a un aumento en la certificación de productos de comercio justo y orgánicos. Estas certificaciones garantizan que los caficultores reciban un precio justo por su trabajo y que el café se produzca de manera sostenible, tanto para el medio ambiente como para las comunidades locales.
El comercio justo, en particular, es un movimiento que ha ganado tracción en las últimas décadas. Los consumidores están cada vez más interesados en saber de dónde provienen sus productos y en asegurarse de que los trabajadores involucrados en su producción sean tratados de manera justa. Esto ha llevado a un auge en las ventas de café con certificaciones de comercio justo, que en 2022 alcanzaron los 830 millones de euros en Europa, según Fairtrade International.
Pensamientos Finales
La cadena de suministro del café es un sistema altamente interconectado y dependiente de la colaboración de millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, enfrenta desafíos como el cambio climático y la volatilidad de los precios. El cambio climático afecta cada vez más las regiones productoras, y se estima que para 2050, hasta el 50% de las tierras aptas para el cultivo de café podrían volverse improductivas.
A pesar de estos desafíos, la cadena de suministro sigue siendo crucial para la economía global, y la demanda de café continúa creciendo. Los consumidores también juegan un papel importante; al elegir productos de café sostenibles y de comercio justo, ayudan a garantizar un futuro más estable y justo para los caficultores y la industria en general. La próxima vez que disfrutes de una taza de café, piensa en el largo y complejo viaje que ha hecho para llegar a ti.