La planificación de una misión de rescate en la montaña

Las excursiones a la montaña son un método excelente de ejercicio al aire libre que, a la vez, conecta a las personas con la naturaleza. No obstante, no es una actividad exenta de riesgos. Las caídas inesperadas, la sobrecarga, la desorientación, el cansancio, los cambios meteorológicos y los aludes son factores que pueden causar lesiones de diversa gravedad. El problema principal es que las montañas suelen estar lejos de hospitales y centros médicos. Conocer las actuaciones básicas de primeros auxilios permite no solo ayudar a los miembros del grupo, sino también rescatar a cualquier persona en necesidad.

Preparación para el Montañismo

El montañismo requiere una gran preparación, y aun teniendo experiencia, nunca se garantiza una seguridad del 100%. Este deporte está condicionado por elementos incontrolables como la meteorología. Por ello, la preparación nunca es suficiente. Antes de emprender el viaje, se debe hacer una última evaluación de las condiciones meteorológicas, revisar el equipo y lo que se cree necesario llevar, así como dejar aviso a alguien de confianza sobre las zonas por las que se transitará en caso de imprevistos. La inexperiencia o sobreestimación de las propias capacidades y la falta de equipo adecuado son las principales causas de accidentes en la montaña. Otras causas incluyen la falta de preparación física, una mala planificación, la deshidratación y los caminantes extraviados.

Procedimiento de Rescate en Montaña: Conducta P.A.S.

Estos datos subrayan la importancia de una mínima preparación y experiencia para llevar a cabo con éxito el desafío, y la necesidad de ser autocríticos para no pecar de confiados. En ocasiones, las personas se ven capaces de realizar actividades que luego resultan peligrosas, implicando el riesgo no solo para ellos mismos, sino también para quienes participan en las operaciones de rescate. Además, en muchas zonas existen altas tasas por el uso de un helicóptero medicalizado en rescates tras negligencias. Para realizar un rescate en la montaña, los pasos a seguir tienen como objetivo eliminar otros posibles riesgos añadidos, trasladar a las víctimas a un lugar seguro y proporcionar primeros auxilios. Se aplica el método de conducta P.A.S. (Proteger, Alertar, Socorrer).

En primer lugar, se debe proteger el lugar del accidente y a uno mismo para evitar daños futuros, señalizando la zona y utilizando chalecos reflectantes para hacerse visible. A veces, como en casos de aludes o desprendimientos, es necesario realizar maniobras de movilización para alejarse del peligro y alcanzar un lugar más seguro. Luego, se debe alertar a las autoridades pertinentes o servicios médicos sobre lo ocurrido. Siempre que no se pueda manejar la situación solo, se debe solicitar ayuda y escapar de la zona de riesgo lo antes posible. Para esto, se pueden utilizar teléfonos, radios, pitos o pistolas de bengalas.

Movilización y Transporte en un Rescate en Montaña

Los teléfonos pueden contactar con los servicios de emergencia incluso sin cobertura. Es importante llevar la batería cargada y proporcionar la localización precisa al llamar. Por último, se debe socorrer a la víctima. Una vez asegurada la integridad propia y solicitada ayuda, se debe comenzar a tratar al accidentado. Solo se movilizará al herido si es estrictamente necesario, es decir, si existen peligros en la zona como exposición al frío o desprendimientos. Dependiendo de la lesión (rotura de hueso, hipotermia, herida), se aplicarán diferentes medidas de primeros auxilios. Si es necesario, se iniciarán maniobras de reanimación cardiopulmonar lo antes posible y sin parar hasta la llegada de ayuda.

Métodos de Movilización

En un rescate en la montaña, es crucial valorar la gravedad de la situación para establecer prioridades. A veces, si la zona es peligrosa, será necesario movilizar al accidentado, aunque exista riesgo de agravar su estado. Si no hay medios de transporte disponibles, se puede improvisar. Utilizando lazos y cuerdas, se asegura a la víctima para transportarla. Este método es necesario cuando el terreno no permite otro tipo de transporte. En regiones como los Alpes chilenos, es común utilizar caballos o mulas. Si la persona no puede montar, otra persona debe sujetarla.

Si el área dispone de helicóptero y las condiciones son favorables, se puede enviar uno para el rescate. Se debe buscar una zona despejada para el aterrizaje, posicionarse con el viento a la espalda y utilizar señas para comunicarse con el piloto.

Prevención de Accidentes en la Montaña

Está demostrado que cuanto menor sea la preparación del alpinista o excursionista, mayor es la probabilidad de sufrir accidentes. Conocer con antelación el terreno y el clima del recorrido es fundamental. Nunca se debe ir solo; planear siempre en grupo y asegurarse de que todos conocen los procedimientos de rescate.

En caso de inseguridad o desconocimiento, es aconsejable contratar un guía o a alguien experimentado. Tener un equipo adecuado y en buen estado, así como un botiquín de primeros auxilios completo y actualizado, es esencial. También es importante dejar constancia de la ruta y horario estimado a alguien de confianza. No se debe sobreestimar las habilidades y capacidades físicas o de orientación. Las actividades deben adecuarse a las posibilidades de cada miembro del grupo.

Una buena preparación es clave para aprovechar la experiencia al máximo y saber actuar ante los problemas que puedan surgir. Las brigadas de búsqueda y rescate deben contemplar un plan que incluya acciones para localizar, prestar atención y asistir a personas en situaciones adversas en la montaña. Esto implica planificación, preparación, implementación de protocolos y uso de equipo especializado. Recordar y aplicar la conducta P.A.S. puede marcar la diferencia entre un rescate exitoso y una tragedia.

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