La gestión de los alimentos caducados es una de las cuestiones más complejas que enfrentan los supermercados. Esta problemática involucra múltiples aspectos, desde la eficiencia económica hasta la responsabilidad social y la sostenibilidad ambiental. Cada cadena de supermercados adopta diferentes estrategias para manejar estos productos, pero el objetivo común es minimizar los desechos tanto como sea posible. Una técnica predominante para lograr este objetivo es el método de pedido justo a tiempo (JIT), que ayuda a reducir el inventario excesivo y, por ende, los productos que podrían llegar a caducar sin ser vendidos.
Pedido Justo a Tiempo y la Regla del 80/20
El método JIT implica mantener niveles de stock bajos y pedir más inventario solo cuando es necesario, basándose en la demanda prevista. Este enfoque está alineado con la regla del 80/20, que sugiere que el 80% de las ventas de un supermercado provienen del 20% de los productos ofrecidos. Por ejemplo, en el pasillo de cereales, a pesar de la presencia de más de 150 variedades diferentes, solo unas pocas contribuyen de manera significativa a las ventas totales. Este enfoque de inventario permite a los supermercados reducir significativamente la cantidad de productos que expiran antes de ser vendidos.
Reducción de Residuos y Manejo de Costos Operativos
Aunque el JIT es efectivo, los supermercados todavía enfrentan desafíos con los productos que se acercan a su fecha de caducidad. Para productos secos y envasados, la gestión cuidadosa durante el transporte y almacenamiento es vital para evitar daños y desperdicios. Aun así, hay situaciones donde el daño es inevitable, como cuando un accidente durante el transporte daña la integridad de los productos, haciendo que estos sean no vendibles.
En cuanto a productos frescos como frutas, verduras, carnes, y lácteos, los supermercados a menudo recurren a descuentos significativos para promover la venta rápida de estos artículos. Sin embargo, si estos productos no se venden a tiempo, la mayoría termina en compactadores de basura o en contenedores cerrados para evitar problemas legales que podrían surgir si alguien consume estos alimentos caducados y se enferma.
Problemas en la Sección de Charcutería y Alimentos Preparados
Históricamente, los departamentos de charcutería de los supermercados utilizaban productos cercanos a su fecha de caducidad para crear comidas frescas. Sin embargo, las preocupaciones modernas sobre seguridad alimentaria y los altos costos de mano de obra han hecho que esta práctica sea menos común. Muchos alimentos preparados ahora son pre-envasados y requieren menos manipulación directa, reduciendo así la capacidad del supermercado para utilizar creativamente los productos que están por caducar.
Gestión de Pérdidas y Estrategias de Donación
A pesar de las estrategias de manejo de inventario, una cantidad considerable de alimentos todavía se descarta. Los departamentos de productos perecederos mantienen registros de «Pérdidas Conocidas», que son productos que se eliminan para mantener la calidad y seguridad de los alimentos ofrecidos. Algunos productos como el pan viejo o los productos de panadería son regularmente donados a bancos de alimentos. Sin embargo, otros productos, debido a restricciones de seguridad o logística, simplemente no pueden ser donados y acaban en la basura.
Desafíos del Compostaje y la Sostenibilidad
El compostaje sería una solución ideal para los productos no vendibles, pero enfrenta obstáculos logísticos y de seguridad alimentaria significativos. Las tiendas en áreas urbanas y suburbanas luchan por implementar programas de compostaje efectivos debido a problemas de almacenamiento y recolección, así como a riesgos de contaminación que pueden complicar la viabilidad de estas iniciativas.
Impacto y Reflexiones
La gestión de alimentos caducados en los supermercados refleja un desafío multifacético que implica equilibrar la eficiencia económica con la responsabilidad social y ambiental. Estrategias como JIT y los descuentos agresivos en productos cercanos a su fecha de caducidad ayudan a minimizar los desechos, pero aún se generan cantidades significativas de desperdicio de alimentos. Las cadenas de supermercados continúan explorando maneras de manejar este problema de forma ética y sostenible, considerando tanto las preocupaciones económicas como las ambientales y sociales.
La reducción del desperdicio de alimentos no solo beneficia a los supermercados en términos de reducción de costos, sino que también tiene un impacto positivo más amplio en la sociedad al disminuir la huella ambiental y aumentar la seguridad alimentaria para las comunidades vulnerables. En última instancia, las prácticas de manejo de alimentos caducados de los supermercados deben ser parte de una estrategia más grande que incluya mejoras en la predicción de la demanda, optimización del transporte y almacenamiento, y fomento de una cultura de consumo consciente y reducción de desperdicios entre los consumidores.