Comienzan a instalar carriles fotovoltaicos en Países Bajos

En una iniciativa pionera, en Países Bajos están implementando una solución innovadora para el uso eficiente de su infraestructura vial: la instalación de carriles bici equipados con revestimiento fotovoltaico Wattway. Esta ambiciosa iniciativa marca un hito significativo en la búsqueda de energías renovables integradas en las infraestructuras de movilidad.

Los carriles de bici, con una superficie de 1.000 m² cada uno, se han instalado en las provincias de Brabante Septentrional y Holanda Septentrional. Esta implementación no solo es notable por su escala, sino también por su objetivo de producir electricidad limpia y renovable sin necesidad de ocupar espacio adicional, un recurso cada vez más valioso y disputado.

Un Paso hacia la Sostenibilidad en la Infraestructura

Wattway se especializa en la fabricación de superficies viales fotovoltaicas que soportan el tráfico vehicular. Esta tecnología permite la conversión de la luz solar en electricidad directamente en el camino, una solución ideal para los extensos carriles bici de los Países Bajos, que suman más de 35,000 km. La idea es simple pero revolucionaria: utilizar los caminos no solo para el transporte sino también como generadores de energía sostenible.

La colaboración entre Wattway y BAM Royal Group comenzó en 2017, con el propósito de integrar y maximizar el uso de energías renovables en las infraestructuras de transporte. Estos carriles bici son el testimonio de los esfuerzos continuos de ambas provincias para combatir el calentamiento global y avanzar hacia una independencia energética más verde.

Innovación en la Tecnología Fotovoltaica

Los paneles de Wattway son notablemente finos y sólidos, diseñados para adherirse directamente sobre las vías ciclistas existentes sin necesidad de excavaciones o grandes obras. Este enfoque no solo preserva la infraestructura actual sino que también minimiza el impacto ambiental asociado con la construcción de nuevas instalaciones.

Cada panel contiene células fotovoltaicas encerradas en un sustrato multicapa hecho de resinas y polímeros que las protegen y permiten que soporten el tráfico diario de bicicletas. Además, la superficie en contacto con los neumáticos es tratada para asegurar una adherencia similar a la de las carreteras convencionales, garantizando la seguridad de los usuarios.

Un Modelo Replicable y Sostenible

Desde su lanzamiento en 2015, Wattway ha sido instalado en más de 50 ubicaciones piloto alrededor del mundo, refinando su tecnología basada en la retroalimentación obtenida. Estos desarrollos han llevado a una mejora significativa en la eficiencia de los paneles, que ahora alcanzan hasta 148 Wp/m2 comparado con los 119 Wp/m2 iniciales.

El compromiso de las provincias de Brabante Septentrional y Holanda Septentrional con este proyecto es ambicioso: producir 160 MWh/año de energía renovable en su primer año. Aunque esta cifra puede parecer modesta, es un paso importante hacia la reducción de la dependencia de fuentes de energía no renovables y la minimización del impacto ambiental de la región.

Impacto y Expectativas Futuras

Este proyecto no solo refleja un avance en la tecnología de energía renovable, sino que también establece un precedente para futuras implementaciones en otras partes del mundo. Al demostrar que los carriles bici pueden ser utilizados para generar energía limpia, se abre la posibilidad de transformar infraestructuras existentes en fuentes de energía sostenible.

Los carriles fotovoltaicos de Wattway en los Países Bajos son un claro ejemplo de cómo la innovación tecnológica y la visión sostenible pueden converger para crear soluciones que enfrenten los retos energéticos y ambientales del presente y el futuro.

Al final, la instalación de estos carriles fotovoltaicos no solo es un triunfo de la ingeniería y la sostenibilidad, sino también un símbolo inspirador de lo que es posible cuando la innovación se encuentra con el compromiso ambiental. Este proyecto es un paso adelante en el camino hacia un futuro más sostenible y prueba que las infraestructuras tradicionales pueden ser reimaginadas para cumplir con las exigencias energéticas y ambientales del siglo XXI.

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