En un almacén logístico, el picking representa una de las actividades más críticas. De su precisión y rapidez depende en gran medida la satisfacción del cliente final. Medir la velocidad promedio de picking no solo permite evaluar el rendimiento del personal, sino también detectar áreas de mejora en layout, capacitación y uso de tecnología.

Una métrica que refleja productividad
La velocidad de picking mide cuántos pedidos o unidades se pueden preparar en un tiempo determinado. Este indicador ofrece una visión clara del desempeño operativo y ayuda a identificar si el ritmo actual cumple con las expectativas del cliente.
Además, al establecer una velocidad promedio, es posible comparar entre turnos, áreas o incluso entre diferentes almacenes, generando información útil para la toma de decisiones estratégicas.
Relación con la precisión
La velocidad no debe evaluarse de manera aislada. Un picking rápido pero con errores no beneficia a la operación, ya que genera devoluciones, reclamos y costos adicionales. Por ello, la métrica debe combinarse con indicadores de exactitud, asegurando que el aumento de velocidad no comprometa la calidad del servicio.
De esta manera, la empresa puede fijar metas realistas que equilibren rapidez con precisión, evitando la presión excesiva sobre los operadores.
Factores que influyen en la velocidad
La velocidad promedio de picking no depende únicamente del operador. Factores como el diseño del layout, la ubicación de productos de alta rotación, el tipo de racks y el uso de herramientas tecnológicas influyen de manera directa.
Por ejemplo, un almacén con productos mal distribuidos obligará a los operadores a recorrer distancias más largas, reduciendo su velocidad sin que esto signifique falta de productividad individual.
Identificación de cuellos de botella
Medir este indicador permite detectar cuellos de botella en la operación. Si la velocidad promedio cae en ciertas zonas o con ciertos productos, puede ser señal de que el layout no está optimizado o de que se requieren mejoras en señalización y accesibilidad.
Incluso, los reportes de velocidad ayudan a justificar inversiones en nuevas tecnologías, como lectores de códigos de barras más rápidos o sistemas de picking por voz.
Motivación y retroalimentación al personal
Compartir las métricas de picking con el personal puede convertirse en una herramienta motivacional. Cuando los operadores conocen su desempeño y reciben retroalimentación, tienden a involucrarse más en la mejora de procesos.
Sin embargo, es importante utilizar la información para apoyar y capacitar, no solo para presionar. El objetivo es construir un ambiente de mejora continua y no de competencia desleal entre colaboradores.
Impacto en el servicio al cliente
Una operación con picking ágil y preciso asegura entregas más rápidas y completas, lo que incrementa la satisfacción del cliente final. En mercados cada vez más exigentes, esta capacidad se convierte en una ventaja competitiva que puede marcar la diferencia al momento de retener contratos.
El impacto no solo se mide en tiempos de entrega, sino también en la reducción de incidencias que afectan la relación con los clientes.
Costos asociados a la baja velocidad
Una velocidad de picking por debajo de lo esperado genera retrasos, mayores costos de mano de obra y pérdida de confianza. Identificar este problema a tiempo permite implementar soluciones como reentrenamiento, reubicación de productos o incluso cambios en los turnos de trabajo.
En un sector donde cada minuto cuenta, la lentitud en picking puede representar pérdidas considerables a lo largo del tiempo.
Tecnología como acelerador
Sistemas de picking por radiofrecuencia, voice picking y dispositivos móviles son aliados clave para aumentar la velocidad sin sacrificar precisión. Invertir en estas tecnologías debe evaluarse a la luz de las métricas actuales: si los reportes muestran caídas constantes, puede ser momento de dar el siguiente paso tecnológico.
La combinación de tecnología y capacitación asegura resultados sostenibles a largo plazo.

Conclusión: un indicador estratégico
Medir la velocidad promedio de picking no es un simple control, sino un indicador estratégico que ayuda a detectar ineficiencias, motivar al personal y mejorar el servicio al cliente.
Cuando se analiza junto con la precisión y se toman acciones sobre los resultados, este indicador se convierte en una herramienta poderosa para alcanzar la excelencia operativa.