Los seguros que deben contar cualquier empresa de logística

La logística moderna implica mucho más que trasladar mercancías de un punto a otro. Es una operación estratégica que involucra almacenamiento, transporte, manipulación, distribución y control de inventarios, entre otros aspectos críticos. En este contexto, cualquier falla —un accidente en carretera, un robo en almacén, un retraso por causas climáticas, o un error humano— puede generar pérdidas significativas tanto económicas como operativas. Es por eso que los seguros especializados se han convertido en un pilar esencial para cualquier empresa de logística. Tener una cobertura adecuada no solo protege los activos y la mercancía, sino que también respalda la credibilidad, reduce riesgos y permite mantener la continuidad de las operaciones ante eventualidades. Contar con los seguros correctos no es un lujo, sino una necesidad estratégica que refleja previsión, profesionalismo y responsabilidad empresarial.

Seguro de transporte: el escudo de la mercancía en movimiento

Uno de los seguros más fundamentales en la logística es el seguro de transporte. Este protege la mercancía durante su traslado, ya sea por vía terrestre, marítima, aérea o ferroviaria. Dado que el transporte es el eslabón más vulnerable de la cadena, este tipo de seguro se considera imprescindible, sobre todo cuando el valor de la carga es elevado o si se trata de productos sensibles.

Existen varias modalidades de seguro de transporte. La cobertura puede ser contra riesgos específicos (como robo, accidente o incendio) o cobertura “todo riesgo”, que protege contra cualquier daño o pérdida no excluida expresamente en la póliza. Además, el seguro puede ser contratado por trayecto único (para un solo viaje) o como póliza abierta anual para empresas que transportan constantemente productos.

En México, por ejemplo, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes establece ciertos requerimientos básicos para vehículos de carga, pero muchas empresas optan por coberturas adicionales para proteger su mercancía con mayor amplitud. De acuerdo con datos del sector, en 2023 se registraron más de 8 mil robos de carga en carreteras del país, lo que ha llevado a muchas empresas a reforzar sus pólizas y protocolos de seguridad.

El seguro de transporte también puede incluir coberturas por demora, pérdida de documentos, daños por mala manipulación y eventos naturales. Para mercancías peligrosas, como químicos o combustibles, se requieren pólizas especiales con requisitos técnicos muy rigurosos, ya que los riesgos asociados son mayores.

Este seguro no solo protege a la empresa propietaria de la carga, sino también a los intermediarios, operadores logísticos y clientes finales. En muchos contratos logísticos, se exige expresamente la contratación de este tipo de seguro como condición indispensable para establecer la relación comercial.

Seguro de responsabilidad civil: cubrir daños a terceros y proteger la reputación

Otra cobertura esencial en la industria logística es el seguro de responsabilidad civil. Esta póliza protege a la empresa frente a reclamaciones por daños ocasionados a terceros durante sus operaciones. Por ejemplo, si un camión de carga provoca un accidente que involucra a otros vehículos, si una maniobra incorrecta daña instalaciones de un cliente, o si una acción del personal logístico provoca la pérdida de un producto valioso.

El seguro de responsabilidad civil también puede aplicarse a situaciones no físicas. Por ejemplo, si una empresa logística no entrega la mercancía a tiempo y esto ocasiona pérdidas al cliente, podría enfrentar una demanda por incumplimiento de contrato o daño económico. En este caso, la póliza puede cubrir los gastos legales, indemnizaciones y otros costos derivados.

Existen distintos tipos de responsabilidad civil en la logística, como:

  • Responsabilidad civil profesional: por errores u omisiones en la prestación del servicio.
  • Responsabilidad civil por productos: por daños ocasionados por mercancías manipuladas o distribuidas.
  • Responsabilidad civil patronal: en caso de accidentes laborales con repercusiones legales.

Además de proteger económicamente, este seguro también resguarda la reputación de la empresa. En el sector logístico, donde la confianza es clave, contar con este respaldo transmite seriedad y compromiso ante los socios comerciales y clientes. Muchas grandes marcas exigen como requisito que sus operadores logísticos cuenten con estas coberturas para establecer relaciones de largo plazo.

Seguro de instalaciones y flota: resguardo de activos físicos y operativos

Más allá del transporte y la responsabilidad civil, una empresa logística debe proteger sus activos físicos. Para ello existen los seguros de instalaciones (almacenes, centros de distribución, oficinas) y de flota vehicular (camiones, furgonetas, montacargas, etc.).

El seguro de instalaciones protege contra riesgos como incendios, robos, explosiones, inundaciones, daños estructurales o vandalismo. Dado que muchos centros logísticos manejan grandes volúmenes de mercancía y operan con tecnología especializada, un siniestro podría paralizar totalmente las operaciones. Además de cubrir la infraestructura, estas pólizas suelen incluir los equipos, maquinaria, mercancía en almacén y mobiliario.

Por su parte, el seguro de flota protege todos los vehículos operativos contra daños materiales, robo total o parcial, accidentes, daños a terceros y gastos médicos para conductores. Este tipo de cobertura es crucial para empresas con unidades circulando diariamente, ya que el tráfico, la inseguridad en carreteras y las condiciones climáticas representan riesgos constantes.

Las empresas que manejan mercancía delicada o de alto valor también pueden contratar seguros adicionales como:

  • Seguro contra errores de inventario o diferencias de mercancía.
  • Seguro para cargas refrigeradas, que cubre pérdidas por fallas de temperatura.
  • Seguro de interrupción de negocio, que cubre ingresos perdidos por paros operativos imprevistos.

Estas pólizas pueden ser negociadas a través de corredores especializados que diseñan soluciones a la medida de cada operación. La clave está en realizar un análisis profundo de riesgos y adaptar la cobertura al perfil y volumen del negocio.

Conclusión

Los seguros logísticos no son un gasto extra, sino una inversión estratégica para la sostenibilidad, la competitividad y la protección integral de una empresa en el sector. El transporte, la responsabilidad ante terceros, la infraestructura, la flota y los activos operativos están expuestos a riesgos permanentes que pueden comprometer toda la cadena de suministro si no se gestionan adecuadamente. Contar con las pólizas adecuadas garantiza continuidad operativa, respaldo ante contingencias, cumplimiento legal y confianza por parte de los clientes. En un entorno logístico cada vez más exigente y complejo, los seguros se convierten en un aliado clave que aporta tranquilidad, cobertura legal y soporte financiero. Una empresa asegurada es una empresa preparada para crecer con solidez, sin importar cuán sinuoso pueda ser el camino.

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