El montacargas es una de las herramientas más importantes dentro de cualquier almacén. Sin embargo, es común que presente fallas inesperadas, ya sea por desgaste, falta de mantenimiento o accidentes menores. Cuando esto sucede, toda la operación puede detenerse si no se cuenta con un plan B.
Depender al 100% de un solo montacargas es un error operativo. Si el equipo falla durante la carga o descarga, o en medio de un proceso de reubicación, puede generarse un cuello de botella que afecta la productividad y los tiempos de entrega.

La importancia de tener equipo alterno
Lo ideal es contar con un equipo alterno de montacargas o herramientas complementarias, como patines hidráulicos o apiladores manuales, para salir del paso en situaciones de emergencia. Aunque no sustituyen completamente al montacargas, pueden ayudar a continuar con parte de la operación mientras se soluciona la falla.
Si no se tiene un segundo montacargas, al menos se debe tener un contrato de servicio con un proveedor que pueda rentar equipo de emergencia de forma inmediata. Esto reduce el tiempo de inactividad y permite seguir operando sin mayores afectaciones.
Revisiones preventivas
Uno de los errores más comunes es esperar a que el montacargas falle para tomar acción. Las revisiones preventivas son clave para detectar problemas antes de que se conviertan en una emergencia operativa.
Es recomendable tener un calendario de mantenimiento semanal y mensual, donde se revisen niveles de aceite, llantas, horquillas, frenos y batería. Esto alarga la vida útil del equipo y reduce las posibilidades de fallas sorpresivas.
Capacitación del personal
Todo el equipo operativo debe estar capacitado para actuar cuando falla un montacargas. Esto incluye conocer los protocolos de seguridad, saber cómo identificar un problema técnico y entender los pasos a seguir para no detener la operación.
Además, es importante que los operadores no intenten forzar el equipo cuando detectan una falla, ya que esto puede empeorar la situación o provocar accidentes.
Protocolo de comunicación interna
Cuando ocurre una falla, es necesario comunicarlo de inmediato al área responsable. Tener un protocolo definido para reportar incidentes ayuda a reaccionar rápido y a evitar malentendidos.
Esto incluye designar a un responsable que tome decisiones al momento, ya sea para solicitar el servicio técnico, coordinar el uso de equipo alterno o reorganizar las tareas del día según la disponibilidad operativa.
Evaluar riesgos y prioridades
En caso de una falla, es importante evaluar rápidamente qué procesos son prioritarios. Si la descarga de un camión es urgente, se puede destinar el equipo alterno a esa tarea específica mientras se posponen otras actividades menos críticas.
Tener esta priorización definida con anticipación ayuda a evitar caos en el momento de la emergencia y permite tomar decisiones basadas en impacto operativo y servicio al cliente.
Alternativas logísticas
Existen herramientas que pueden funcionar como plan B en ciertas situaciones. Por ejemplo, los patines hidráulicos permiten mover tarimas a corta distancia y los apiladores eléctricos pueden servir para subir mercancía a niveles bajos de rack.
También se puede considerar el uso de plataformas rodantes o mesas elevadoras en zonas de picking, lo que ayuda a reducir la dependencia total del montacargas en ciertas tareas.
Documentar los incidentes
Cada vez que ocurra una falla de montacargas, es importante documentar el incidente. Esto permite llevar un control histórico y analizar si se trata de un problema recurrente o de un evento aislado.
Tener esta información ayuda a tomar decisiones más informadas sobre el mantenimiento, la renovación del equipo o la necesidad de adquirir un montacargas adicional.
Relación con el cliente
Si la falla de un montacargas afecta los tiempos de atención al cliente, es fundamental comunicarlo de inmediato. Explicar la situación de forma transparente y dar un tiempo estimado de solución demuestra compromiso y profesionalismo.
Además, contar con un plan B y comunicarlo al cliente genera confianza, ya que demuestra que la operación está preparada para imprevistos.

Conclusión: anticiparse al problema
Esperar a que falle el montacargas sin tener un plan alterno es un riesgo innecesario. Contar con equipo de respaldo, protocolos claros y personal capacitado es la mejor forma de evitar que una falla técnica se convierta en un problema operativo mayor.
La clave está en anticiparse, tener siempre un plan B y no depender de un solo recurso crítico para la operación diaria.
