Qué tan seguido deberías limpiar las zonas altas de tu almacén

Las zonas altas del almacén suelen ser las grandes olvidadas cuando se habla de limpieza. Mientras que los pasillos, andenes y zonas de picking se limpian con frecuencia, los niveles superiores de racks, techos, vigas y lámparas acumulan polvo durante semanas o incluso meses sin que nadie los revise.

Aunque a simple vista no parezca una prioridad, la suciedad en esas áreas puede representar un riesgo real para la operación. Desde caída de residuos sobre mercancía hasta obstrucción de luminarias o interferencia con sensores, las consecuencias de no limpiar a tiempo pueden ser más costosas de lo que se piensa.

Riesgos ocultos por falta de limpieza en altura

Uno de los principales riesgos es que el polvo acumulado termine cayendo sobre productos abiertos, empaques sensibles o áreas de trabajo. Esto no solo genera reprocesos y reclamos de clientes, también puede implicar contaminación si se manejan productos alimenticios o farmacéuticos.

Además, la acumulación de polvo en lámparas o sensores puede reducir su eficacia. En el caso de luminarias, disminuye la visibilidad; en el de sensores, puede provocar lecturas erróneas o fallos. También hay un riesgo eléctrico si el polvo entra en contacto con cableado expuesto o luminarias defectuosas.

Establecer una frecuencia mínima de revisión

No es necesario limpiar las zonas altas todos los días, pero sí es fundamental establecer una frecuencia mínima. Una revisión mensual visual puede ser suficiente para detectar acumulaciones importantes, mientras que una limpieza profunda cada 3 o 6 meses puede mantener el nivel bajo control.

La frecuencia ideal depende del tipo de producto almacenado, el flujo de aire en el almacén y la cantidad de polvo que genera la operación. Si se usan tarimas de madera o si hay mucho movimiento con montacargas, la limpieza debe ser más frecuente.

Equipos y métodos adecuados para evitar riesgos

Limpiar en altura requiere equipo especializado: escaleras de plataforma, aspiradoras industriales con tubos extensibles o incluso elevadores para limpieza. Es importante que quienes realicen esta tarea tengan capacitación en seguridad y cuenten con el equipo de protección adecuado.

Intentar hacerlo “al aventón” o con escobas improvisadas no solo es ineficaz, sino peligroso. También puede provocar que el polvo solo se desplace a otras áreas, en lugar de eliminarse correctamente.

Registrar cada limpieza como parte del mantenimiento

La limpieza de zonas altas debe quedar registrada en bitácoras, al igual que el mantenimiento de montacargas o la calibración de básculas. Tener evidencia del cumplimiento da respaldo ante auditorías, clientes o revisiones internas, y permite establecer patrones o ajustar frecuencias si es necesario.

Además, involucrar al área de mantenimiento o seguridad en estas tareas garantiza un enfoque más técnico y menos reactivo.

Orden también es lo que no se ve

Un almacén limpio no es solo el que luce bien a nivel de piso. Es también el que se preocupa por las áreas que no están a simple vista, pero que afectan el desempeño y la seguridad general.

Dar seguimiento a la limpieza en altura demuestra un nivel de cuidado superior y una cultura operativa que no descuida los detalles.

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