Las tensiones comerciales y políticas entre Estados Unidos y China han desencadenado una reconfiguración de las cadenas de suministro globales. En los últimos años, empresas multinacionales han buscado alternativas para diversificar su producción y reducir la dependencia de China, dando lugar al ascenso de India y Vietnam como nuevos hubs de exportación. Este fenómeno, conocido como «China Plus One», refleja una estrategia de mitigación de riesgos que está transformando los flujos logísticos y el panorama del comercio internacional.

Las causas de la salida de empresas de China
La guerra comercial iniciada en 2018 entre Estados Unidos y China, marcada por la imposición de aranceles mutuos, fue uno de los detonantes iniciales del movimiento de salida de empresas de territorio chino. A esto se sumaron las restricciones tecnológicas, la creciente regulación interna en China, y recientemente, las tensiones geopolíticas exacerbadas por los conflictos en Asia-Pacífico. La pandemia de COVID-19 expuso aún más la vulnerabilidad de depender de un solo país para insumos críticos, con cierres de puertos, fábricas y cadenas de transporte detenidas durante semanas.
El concepto de «China Plus One» surgió como una estrategia empresarial para mantener parte de la producción en China, pero establecer al menos una operación adicional en otro país asiático. Esta fórmula busca diversificar riesgos sin perder las ventajas de la infraestructura china. Sin embargo, con el paso del tiempo y la intensificación de las tensiones, muchas empresas han ampliado esta estrategia, reduciendo aún más su presencia en China y fortaleciendo operaciones en destinos alternativos como India y Vietnam.
Las empresas, especialmente en sectores de tecnología, textiles y manufactura ligera, comenzaron a buscar alternativas más estables y menos expuestas a estas tensiones. India y Vietnam emergieron como opciones atractivas por sus costos competitivos, infraestructura en crecimiento y tratados de libre comercio que facilitan las exportaciones hacia mercados occidentales.
India y Vietnam: ventajas competitivas en logística y exportación
India ha logrado posicionarse como una potencia manufacturera emergente gracias a iniciativas gubernamentales como «Make in India», que incentivan la inversión extranjera en producción local. Su gran población y fuerza laboral calificada, junto con una red de puertos como Mumbai y Chennai, han facilitado la expansión de plantas de ensamblaje, centros de distribución y proveedores de componentes electrónicos. Empresas como Apple, Samsung y Foxconn han aumentado significativamente su producción en India, trasladando partes de su cadena de valor fuera de China. De hecho, se estima que la producción de iPhones en India cubrirá hasta el 25% de la demanda global en 2025.
Por su parte, Vietnam ha capitalizado su cercanía geográfica con China, su membresía en acuerdos comerciales como el CPTPP y su reputación como exportador confiable de textiles, calzado y electrónica. Ciudades como Ho Chi Minh y Hai Phong se han convertido en puntos neurálgicos de exportación, con zonas industriales diseñadas para integrarse rápidamente a cadenas de suministro globales. Según datos del Banco Mundial, las exportaciones de Vietnam crecieron un 19% interanual en 2023, impulsadas principalmente por las ventas de teléfonos, semiconductores y maquinaria eléctrica.
Ambos países también han invertido en mejorar su infraestructura logística. India está expandiendo su red ferroviaria de carga, modernizando carreteras clave y desarrollando parques logísticos integrados. Vietnam ha ampliado la capacidad de sus puertos, ha modernizado sus aduanas y ha desarrollado nuevos parques logísticos cerca de las zonas portuarias. Estas mejoras buscan reducir los tiempos de tránsito y aumentar la fiabilidad en las entregas internacionales. El puerto de Hai Phong, por ejemplo, aumentó su capacidad de contenedores en un 30% en 2023.
El impacto global de esta redistribución de cadenas de suministro
El desplazamiento de la manufactura hacia India y Vietnam no solo representa un cambio geográfico, sino también una transformación en la estructura de las cadenas de suministro. La diversificación reduce la concentración de riesgos, pero también introduce desafíos logísticos, como la necesidad de coordinar múltiples proveedores en diferentes países, ajustar tiempos de entrega y gestionar normativas comerciales variadas.
Empresas multinacionales están reconfigurando sus rutas logísticas, incorporando hubs intermedios, almacenes regionales y soluciones de transporte multimodal para integrar la producción en India y Vietnam hacia sus mercados finales. Esto ha aumentado la demanda de servicios logísticos especializados, operadores con certificaciones internacionales y plataformas tecnológicas capaces de gestionar inventarios en tiempo real.
Según un informe de McKinsey, las empresas que han diversificado su cadena de suministro fuera de China han logrado reducir en promedio un 20% su exposición a interrupciones geopolíticas, aunque con un incremento inicial en costos logísticos del 5% al 10% debido a la complejidad operativa. Sin embargo, a largo plazo, estas estrategias ofrecen mayor resiliencia y adaptabilidad ante cambios regulatorios o crisis regionales.

La reubicación de la producción también tiene implicaciones geopolíticas. Estados Unidos y sus aliados ven con buenos ojos la reducción de la dependencia de China, mientras que India y Vietnam fortalecen sus posiciones como socios estratégicos en Asia. Al mismo tiempo, China está respondiendo con incentivos fiscales, políticas de «reshoring» interno y mejoras logísticas para retener inversiones, lo que mantiene una competencia activa por atraer capital extranjero.
Este fenómeno también está impactando a proveedores y operadores logísticos globales, quienes deben adaptarse a nuevas rutas, requisitos aduaneros y marcos regulatorios en India y Vietnam. Empresas como DHL, Maersk y FedEx han ampliado su presencia en ambos países, invirtiendo en centros de distribución, almacenes y soluciones de última milla adaptadas a estos mercados.
En conclusión, India y Vietnam se consolidan como nuevos hubs de exportación gracias a una combinación de políticas favorables, costos competitivos e inversiones en infraestructura logística. Su ascenso está redefiniendo las cadenas de suministro globales y ofrece a las empresas una alternativa estratégica para enfrentar un entorno comercial cada vez más incierto. Esta transformación no solo impacta a las economías de Asia, sino que reconfigura la logística internacional, exigiendo mayor flexibilidad y capacidades adaptativas en toda la cadena de valor.