Huella de carbono por pedido: El nuevo KPI de última milla

En un entorno donde el comercio electrónico crece a doble dígito y los consumidores exigen mayor responsabilidad ambiental, la huella de carbono por pedido se ha convertido en un nuevo indicador clave para empresas logísticas y tiendas online. Este KPI, que mide las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a cada entrega, no solo sirve para evaluar el impacto ambiental de la última milla, sino que también se está integrando en la experiencia del cliente, la toma de decisiones operativas y los reportes ESG (Environmental, Social and Governance). Esta nota explora cómo medir, reducir y comunicar la huella de carbono por entrega en el contexto actual del e-commerce.

¿Qué es la huella de carbono por pedido y por qué importa?

La huella de carbono por pedido se refiere a la cantidad de CO2 equivalente emitido en el proceso de entregar un producto desde el centro de distribución hasta el cliente final. Este valor incluye variables como el tipo de transporte utilizado, la distancia recorrida, el peso del paquete, el tipo de embalaje y la eficiencia logística.

El indicador ha ganado relevancia por tres razones principales:

  1. Conciencia ambiental del consumidor: cada vez más usuarios valoran que sus compras tengan un menor impacto ambiental.
  2. Normativas y reportes ESG: inversionistas y gobiernos exigen que las empresas midan y reduzcan su huella de carbono.
  3. Optimización operativa: reducir emisiones suele ir de la mano con mayor eficiencia logística y reducción de costos.

Cómo se mide la huella de carbono por pedido

Existen metodologías estandarizadas como el GHG Protocol y herramientas específicas desarrolladas por empresas de tecnología y consultoras ambientales. Las más utilizadas consideran:

  • Distancia y tipo de transporte: se calcula el CO2 por kilómetro y tipo de vehículo (motocicleta, van, eléctrico, dron, etc.).
  • Peso y volumen del pedido: paquetes más grandes o pesados emiten más al requerir más energía para su transporte.
  • Agrupación de entregas: entregas en rutas compartidas tienen menor huella por unidad.
  • Tipo de embalaje: uso de materiales reciclados o biodegradables reduce emisiones.
  • Infraestructura usada: centros de distribución con energía limpia impactan positivamente.

Algunas startups como Urbantz, Paack y Ontruck ofrecen dashboards que permiten calcular en tiempo real la huella de carbono de cada envío.

Estrategias para reducir la huella en la última milla

Reducir la huella de carbono no solo es posible, sino rentable. Algunas estrategias que ya se están aplicando son:

  • Uso de vehículos eléctricos o híbridos: cada vez más flotas de última milla migran a modelos eléctricos o con biodiésel.
  • Agrupamiento inteligente de pedidos: algoritmos de ruteo que minimizan kilómetros y maximizan ocupación.
  • Puntos de entrega colectivos: lockers, tiendas de conveniencia y puntos de retiro reducen entregas individuales.
  • Embalaje optimizado: menos relleno, empaques más pequeños y materiales reciclables disminuyen volumen y peso.
  • Envíos programados o lentos: ofrecer al cliente una opción de entrega no urgente permite consolidar rutas.
  • Compensación de emisiones: algunas marcas invierten en bonos de carbono o proyectos de reforestación por cada entrega realizada.

Reportar la huella al cliente: transparencia como ventaja competitiva

Varios marketplaces y tiendas ya están integrando información de huella de carbono en su experiencia de compra. Por ejemplo:

  • Amazon y Decathlon muestran estimaciones de emisiones en el checkout.
  • IKEA ofrece envíos neutros en carbono y explica cómo lo logra.
  • Mercado Libre permite filtrar productos con logística sustentable en algunos países.

Incluir esta información permite al cliente tomar decisiones más informadas y aumenta la confianza en la marca. Según una encuesta de Deloitte, el 55% de los consumidores jóvenes está dispuesto a cambiar de proveedor por razones de sostenibilidad.

Hacia una logística carbono cero: desafíos y oportunidades

El camino hacia una última milla carbono neutro no está exento de obstáculos: altos costos iniciales, infraestructura insuficiente para vehículos eléctricos y falta de estandarización en reportes. Sin embargo, la presión regulatoria y las preferencias del consumidor están acelerando la adopción.

Empresas que comiencen a medir su huella por pedido, reduzcan sus emisiones y comuniquen esos esfuerzos de forma transparente tendrán una ventaja competitiva importante en el mediano plazo. Además, estarán mejor preparadas para cumplir con futuras regulaciones climáticas y requisitos de grandes compradores o gobiernos.

Una nueva métrica para una nueva generación de e-commerce

La huella de carbono por pedido ha pasado de ser un dato técnico a convertirse en una métrica estratégica. Integrarla en la cadena de valor del e-commerce no solo responde a una exigencia ambiental, sino que ofrece beneficios reputacionales, operativos y comerciales. En un mundo donde cada click de compra tiene consecuencias ambientales, medir y reducir esa huella es parte fundamental de construir un comercio electrónico más responsable, resiliente y competitivo.

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