Entre decisiones efímeras y abstractas, susurros de futuros mordiscos, Sanamania atraviesa lo predecible. Crujidos que cortan el aire, llenando el vacío entre lo puro y lo banal.
Puffs de garbanzo suspendidos por una suavidad inesperada; chips horneadas que combinan lo crujiente con lo tierno; maíz inflado, reconfortante, con su regusto suave y cálido. Obleas de amaranto, tímidas y discretas, acompañadas por galletas de arroz que oscilan entre resistencia y firmeza, junto con frutos secos crujientes y terrosos, y frutas deshidratadas que danzan entre lo dulce y lo encapsulado.
Bocados llenos de ilusión y sabor, un juego entre crujiente y suave, ternura y abrasividad reconfortante. El silencio roto arde y se deja atrapar por la suavidad de lo superfluo. Sanamania otorga lo limpio a través de texturas densas que reconfiguran el paladar