En 1959, Don Jorge Salles Cuervo fundó su propia marca de tequila, El Tequileño, en honor al lugar de origen de la bebida. La Capilla eligió El Tequileño Blanco como el tequila preferido para su famoso cóctel, La Batanga.
Don Jorge invitó a su hijo, Juan Antonio, a unirse al negocio familiar. Tras su fallecimiento, el legado pasó a su familia. Jorge Antonio Salles, conocido como «Tony», tercera generación, tomó el control de la destilería y el título de maestro tequilero. En 2018, El Tequileño logró un hito innovador al crear el primer “Reposado Rare” del mundo, continuando así con la tradición y excelencia de la marca.