Cuando se acerca una temporada de alta demanda, como Navidad, Hot Sale o regreso a clases, muchos almacenes se enfrentan al ingreso de productos de temporada con altos niveles de rotación. Estos ingresos no siempre están planeados con la anticipación suficiente y pueden generar desajustes operativos si no se gestionan de forma controlada.
El reto no es solo hacer espacio, sino mantener la eficiencia operativa mientras se atiende la demanda estacional. Improvisar en estas situaciones puede derivar en cuellos de botella, errores de picking o tiempos de surtido más largos, lo cual impacta directamente la experiencia del cliente final.

Zonas temporales y flexibles: aliados clave en el layout
Una solución práctica y eficaz consiste en habilitar zonas temporales dentro del layout. Estas áreas, conocidas también como zonas pulmón, deben estar cercanas a los andenes o a las áreas de picking para facilitar el acceso sin interrumpir el flujo habitual. Así, se logra absorber el exceso de producto sin comprometer las rutas de tránsito o el orden preexistente.
Para que esto funcione, es necesario tener identificadas con anticipación las zonas susceptibles de convertirse en espacio temporal. No se trata de inventar espacio de la nada, sino de planear con base en análisis de temporadas anteriores y el comportamiento proyectado.
Ajustar prioridades de ubicación durante la temporada
Durante estos picos, los criterios de ubicación también deben cambiar. Lo ideal es que el producto de temporada tenga prioridad en ubicaciones de fácil acceso, aunque eso implique mover temporalmente productos de baja rotación a zonas secundarias. El objetivo es claro: minimizar los recorridos innecesarios y evitar interrupciones en las rutas del montacargas o del personal de picking.
Además, es recomendable etiquetar visualmente estos productos con un sistema que los distinga como “temporada activa”. Esto no solo agiliza el trabajo operativo, sino que reduce los errores al momento de la selección o reabasto.
Evita que el producto estacional se vuelva inventario permanente
Un riesgo común es que, pasada la temporada, parte del producto estacional quede rezagado. Si no se establece un plan de salida, lo que llegó como mercancía de rotación rápida puede convertirse en inventario muerto que ocupa espacio innecesario por semanas o meses.
Por ello, desde el ingreso debe definirse un plan de evacuación: cuándo se moverá, si se destruirá, se devolverá o se liquidará. Dejarlo al azar implica perder espacio valioso y afectar indicadores como el índice de rotación.

Evalúa la temporada… y documenta lo aprendido
Al terminar el pico estacional, es importante hacer una evaluación interna: ¿Qué funcionó? ¿Dónde hubo saturaciones? ¿Qué procesos se ralentizaron? Este análisis servirá para planear mejor la siguiente temporada. Además, permite actualizar procedimientos, layouts y protocolos para que el aprendizaje se convierta en eficiencia acumulada.
Las temporadas altas son una prueba para cualquier operación logística. Pero bien gestionadas, también se convierten en una oportunidad para medir la flexibilidad real del layout y la capacidad de adaptación del equipo operativo.