Cómo la iluminación del almacén impacta en la seguridad y productividad

La mayoría de las veces, cuando se habla de optimizar un almacén, se piensa en layout, en WMS o en maquinaria. Pero pocas veces se analiza el impacto directo de la iluminación en la operación diaria. Una luz bien distribuida y de buena calidad no solo reduce riesgos, también mejora la precisión de las tareas y el estado de ánimo de los operadores.

La luz como factor de seguridad

En espacios amplios y con movimiento constante, como lo es un almacén, la visibilidad es clave. La iluminación deficiente puede hacer que un operador no detecte un charco, un objeto fuera de lugar o incluso una señal de advertencia. Esto eleva considerablemente el riesgo de accidentes, tanto en tareas de piso como en manejo de montacargas. Además, en zonas de picking o emplaye, la mala visibilidad puede llevar a errores que impactan directamente en el cliente final.

Productividad y velocidad en las tareas

Los procesos logísticos son sensibles al detalle. Desde leer etiquetas hasta ubicar una caja en el rack correcto, cada acción requiere precisión. Una buena iluminación permite ejecutar tareas más rápido y con menor fatiga visual, lo que, acumulado en horas de operación, representa una mejora considerable en productividad. En horarios nocturnos o días nublados, la diferencia entre una nave bien iluminada y una deficiente se vuelve aún más crítica.

Tipos de iluminación más comunes

En almacenes se utilizan principalmente lámparas LED, fluorescentes o de halogenuros metálicos. Las LED son las más recomendadas por su bajo consumo energético, durabilidad y porque permiten una mejor distribución de luz. Además, existen luminarias con sensores que se encienden solo cuando detectan movimiento, ideales para zonas de baja frecuencia como mezzanines o pasillos de reserva.

Errores comunes al diseñar un sistema de iluminación

Uno de los errores más comunes es colocar luminarias sin considerar la altura real de los racks, lo que genera sombras innecesarias. Otro fallo frecuente es usar una intensidad de luz uniforme en todo el almacén, sin distinguir áreas operativas de oficinas o zonas de descanso. No todas las áreas requieren el mismo nivel de luz: un área de picking necesita más iluminación que una zona de tarimas vacías, por ejemplo.

Costos ocultos de una mala iluminación

Más allá del impacto operativo, una iluminación deficiente puede representar un costo en la rotación de personal. Si un operador siente que su entorno es inseguro o incómodo para trabajar, es más probable que busque empleo en otro lugar. Además, errores derivados de una mala visibilidad pueden generar retrabajos, devoluciones y desgaste de relaciones con el cliente.

Recomendaciones para evaluar tu iluminación actual

Una buena práctica es realizar inspecciones visuales cada seis meses, tanto de día como de noche. También se pueden usar luxómetros para medir los niveles reales de luz en cada zona. La NOM-025-STPS sugiere niveles mínimos para distintas actividades laborales, y puede servir como guía para establecer estándares internos. Si se detectan áreas con sombras persistentes, cambios de color en el piso o deslumbramiento, es momento de hacer ajustes.

Cómo justificar una inversión en iluminación

A veces cuesta justificar internamente el gasto en iluminación, especialmente si ya “funciona”. Pero si se plantea como una inversión que reducirá accidentes, mejorará el desempeño del equipo y optimizará el uso de energía, el retorno puede ser claro. Además, hay programas gubernamentales o de eficiencia energética que pueden subsidiar parte de la inversión.

Casos donde la mejora ha sido clave

En almacenes con operaciones 24/7, el cambio a iluminación LED ha reducido el ausentismo por fatiga visual y ha mejorado el ambiente laboral. También se han reportado mejoras en la precisión de surtido y una disminución en el número de accidentes menores. No es una coincidencia: cuando los operadores ven mejor, trabajan mejor.

No subestimes el poder de la luz

En resumen, la iluminación no debería ser una ocurrencia tardía. Es un componente crítico que afecta desde la seguridad hasta la eficiencia operativa. Invertir tiempo en evaluarla, optimizarla y mantenerla en buen estado es una decisión que impacta directamente en la rentabilidad y en el bienestar del equipo.

Compartir